A jornalista Ana Romero enviada do EL MUNDO em el Aiún, capital ocupada do Sahara Ocidental
ELMUNDO.ES | Madrid
Los teléfonos móviles españoles de la enviada de El Mundo en El Aaiún, Ana Romero, han sido inutilizados durante más de cuatro horas. Tanto el número del teléfono que le proporcionó el periódico como el suyo personal había quedado fuera de servicio. Pasadas las 14.30 de la tarde, la periodista, que sufre una campaña de acoso por parte de las autoridades marroquíes para que abandone El Aaiún, ha conseguido recuperar la línea telefónica.
Los teléfonos de la periodista dejaron de funcionar después de que hablara a través de ellos con el abogado de 32 de los saharauis detenidos tras el violento desmantelamiento del campamento de protesta de El Aaiún.
Romero cree que se trata de una nueva maniobra para obligarla a salir de El Aaiún y para restringir sus movimientos al Hotel en el que se encuentra registrada y que "está prácticamente tomado por la policía y los servicios marroquíes". Fuentes extraoficiales lo atribuyen a un problema técnico en las conexiones que unen España y Marruecos a través de un cable submarino de Melilla.
La periodista, sin embargo, sí ha conseguido contactar con El Mundo a través de una móvil adquirido en Marruecos y después de la gestión del depositario, término con el que se describe al único diplomático español presente en El Aaiún.
Romero fue retenida durante media hora por la Policía Marroquí el viernes 26 de noviembre tras negarse a entregar su cámara de fotos. También le fue retirado temporalmente el pasaporte.
La periodista se encontraba con el padre Rafael en la plaza dos de Marzo fotografiando una serie de edificios de influencia española de la zona para un reportaje sobre la presencia de España en El Aaiún, cuando policías marroquíes le han preguntado si tenía permiso, a lo que ella ha contestado que sólo oral.
Los agentes marroquíes le han dicho entonces que ese permiso no existía, y ella les ha pedido por favor que se pusieran en contacto con el portavoz de Asuntos Exteriores marroquí para que confirmara la existencia de dicho permiso. El 23 de noviembre recibió una advertencia por parte de las autoridades marroquíes al comunicarle, textualmente: "su misión aquí ha terminado". Era el inicio de la campaña de hostigamento y seguimiento policial que sufre desde entonces la periodista.
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