El gobierno del presidente Néstor Kirchner, cansado de las constantes presiones, algunas justas, otras fuera de lugar, del Fondo Monetario Internacional, decidió pagarle todo lo adeudado, pese a que el consejo repetido de su colega George W. Bush fue "¡Peléale hasta el último centavo!". Por: Raúl H. Riutor Rosario, Santa Fe, Argentina (INPA) La Argentina inició 2006 abonándole todo al Fondo Monetario Internacional (FMI), pero quienes denunciaron esa acción como "política", "demagógica" y "apresurada", recordaron constantemente -para borrar muchas sonrisas -, que este país aún tiene una deuda externa de casi 125.000 millones de dólares, una de las más altas del mundo. Y que sus pobres siguen esperando las soluciones que nunca llegan. El pago al FMI totalizó 9.500 millones de dólares y ocupó todas las primeras páginas de los diarios el 4 de enero pasado, día en que el Banco Central amaneció, por esa causa, con sus reservas mermadas a unos 18.000 millones. El gobierno defendió el operativo recordando que ése era, exactamente, el nivel de reservas a fines de 2004. El presidente de la institución, Martín Redrado, informó por radio y televisión, que el traspaso de los dineros (en Derechos Especiales de Giro-DEG, la moneda oficial del FMI), mantuvo ocupados a más de una docena de bancos internacionales que, el 3 de enero, a las 13.30, hora de la Argentina, volcaron coordinadamente esos capitales, a las arcas del FMI en Washington DC., para concluir la mayor operación de la historia entre ambas partes, las que venían con un agrio "tira y afloje" desde fines del siglo pasado. Y antes. La nueva ministra de Economía, Felisa Miceli, aclaró que la Argentina continuará como miembro activo del FMI, pero ahora, sin experimentar las conocidas presiones de sus autoridades cuando un país, principalmente del Tercer Mundo, no cumple con sus exigencias, generalmente duras e impopulares. La mayor "jugada" económico-financiera hasta el presente del gobierno del presidente Néstor Kirchner, ocurrió mientras la Argentina sufre una de las mayores desocupaciones de su historia y la más importante inflación en 15 años: 12% anual (y creciendo). Al mismo tiempo, fuentes del Instituto Argentino del Petróleo confirmaron que las reservas de combustibles fósiles locales se terminarán en apenas nueve años. ¿Con qué dinero se importará antes o después petróleo y gas? Sus opositores, especialmente aquellos que se califican como la derecha moderada, alegaron, entre otras cosas, que ese inmenso capital ( a un interés de sólo el 4% anual) se podría haber usado para crear puestos de trabajo, atender a la niñez desamparada y a la tercera edad indigente, aparte de mejorar la angustiosa situación de los jubilados y pensionados, cuyos ingresos les alcanza, apenas, para una semana. Uno de ellos, que el 23 de octubre pasado fracasó en las elecciones legislativas preguntó: "¿Qué negocio hacemos dándole bonos a la Venezuela de Hugo Chávez con el doble de interés?". La Casa Rosada respondió que el gobierno no sólo se preocupa, sino que se ocupa, de enfrentar y solucionar todas esos desafíos y carencias, mientras que la economía creció en 9% en 2005 y se curaron las heridas de 2001, cuando todo el sistema colapsó y pasaron cinco gobiernos nacionales en pocas semanas, con bancos cerrados, ahorristas despojados y furiosos manifestantes en las calles, tras el fracaso de la gestión del incompetente Fernando de la Rúa. Lógicamente, cualquier habitante del necesitado Gran Rosario, donde faltan agua, cloacas, seguridad y trabajo genuino, mientras sobran basurales, inundaciones, robos y asaltos y un escepticismo digno de Pirrón, preferiría que algún "milloncito verde" hubiera sido destinado a este rincón, para reparar las goteras de las escuelas, llenar los botiquines, arreglar los baches y mejorar el alumbrado público. Pero otra vez será. ¿Será?
INPA
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