Gobiernos sudamericanos
Un siglo de facto , ¿un nuevo siglo de jure ?
Por: Raúl Riutor
Triple Frontera, Argentina-Chile-Perú (INPA) La denominación de facto , para un gobierno ilegal, alcanzó notoriedad en Europa a mediados del siglo XIX; pero fue en Latinoamérica que muchas décadas después, se popularizó. Recientes declaraciones de presidentes elegidos democráticamente, indican que el virus latente aún no está liquidado.
Evo Morales, nacido en la vecina Oruro, obtuvo la presidencia de Bolivia en 2006; y, estos dos años (y más estos dos meses) mencionó repetidas veces la atemorizante expresión Golpe de Estado, es decir, en las antípodas de una administración de jure , como lo es la suya.
Al sur, Chile, que ya había tenido "cuartelazos", sufrió el peor el 11 de septiembre de 1973. De una u otra manera, los militares mantuvieron el poder durante 25 años.
Al norte, Perú, tuvo Juntas de Gobierno en 1914, 1931, 1948 y 1962. En tiempos más recientes, el arquitecto Fernando Belaúnde Terry fue derrocado en 1968 por el general Juan Velasco Alvarado; y éste, expulsado del Palacio Pizarro por su par Francisco Morales Bermúdez, en 1975.
Pocas semanas después de asumir en Paraguay, el ex obispo Fernando Lugo alertó en Asunción sobre supuestos planes para derrocarlo. Y mencionó al ex militar golpista Lino Oviedo.
Lo mismo hizo en Caracas el ex golpista de 1992 y paracaidista Hugo Chávez, gobernante de jure de Venezuela desde 1999.
Rafael Correa, en Ecuador, también hizo denuncias similares desde que fue investido en 2007. El pasado condena a ese país que tuvo una Junta Militar en 1963 y un Consejo Supremo de Gobierno en 1976. En 1947 Quito vio pasar tres presidentes: Carlos Mancheno, Mariano Suárez Veintimilla y Carlos Julio Arosemena.
Brasil no es "trigo limpio" en este campo: Getulio Vargas fue depuesto en 1945 por los militares, que continuaron mandando hasta el retorno a la democracia, en 1985.
En Colombia, el reelecto Álvaro Uribe duerme cada noche en un lugar distinto, por varias razones.
En la Argentina, la segunda mujer en llegar a la presidencia, Cristina Fernández, transita allá el vigésimoquinto año de democracia y libertad, por lo general, a los tumbos; pero sin tanques y soldados por las calles, ni las marchas militares que se repetieron en las radios, cada tanto, desde 1930.(INPA)
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