Os empresários que sonham acordados

Aquellos emprendedores que sueñan despiertos

Los que sueñan dormidos son considerados "gente común", pero se aconseja respetar a los que lo hacen despiertos, porque suelen modificar la realidad.

Detroit, Michigan, EE.UU. (INPA) La historia de los Estados Unidos demuestra que, desde hace más de 230 años, es un país de emprendedores y sus nombres van de industrias que cambiaron el mundo a intentos frívolos que parecían tener una vigencias efímera.

En la extensa lista, siempre incompleta, figuran Henry Ford, que fundó una de las mayores fábricas de autómóviles; el industrial petrolero John Rockefeller; el padre de los dos exitosos (pero asesinados) hermanos Kennedy y, más recientemente, Hugh "Playboy" Hefner, Bill "Microsoft" Gates y Steven "E.T." Spielberg.

¿Por què triunfaron y se enriquecieron ellos y nosotros apenas podemos mantener un minúsculo saldo a favor en nuestra cuenta bancaria?

¡Y no siempre!

Algunos "sabios" nos señalan que un emprendedor deberá pasar primero por una experiencia ajena para capitalizar conocimientos que, finalmente, volcará en su propia compañía. Hablamos, por lo general, de personajes solitarios y hábiles que intuyen dónde surgirá el éxito.

Hace un par de décadas, el autor John Warehman advirtió a los "cuentapropistas" que un líder sin sueños es un pobre burócrata, por alto que haya llegado. Y los alentó con este consejo: "Tenga un sueño. Cuando un ser humano habla sobre un gran sueño, la humanidad se detiene y escucha".

Una revisión de la lista de "entrepreneurs" famosos demuestra que, muchas veces, la ejecución atinada de una idea mediocre es más práctica y exitosa que la mala implementación de una idea brillante. ¿Será ésto lo que pensó el visionario al que se le ocurrió enlatar sopas frías y, cuando murió, en 1930, poseía la tercera fortuna de nuestro país?

Otras sugerencias para juntar millones, es que hay que conocer el valor de las palabras, ya que las más poderosas son las más simples: amor, desafío, amigo, compromiso, ayuda...- Un burócrata las mezquina, mientras que un demagogo las derrama.

En "Cómo ser un empresario perfecto" se nos insiste en que hay que tener la osadía de los sueños. La concreción de un gran sueño inevitablemente dañaría a algunas personas: en parte, ése es uno de sus atractivos.

Hay que organizarse y ser audaz porque, al final, lo único que medirán en nosotros es el triunfo o el fracaso.

Edna Shammas

INPA

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Author`s name Timothy Bancroft-Hinchey