EL MUSEO DEL FIN DEL MUNDO

En su mayoría, estos libros están relacionados con la etnografía, historia y naturaleza de la Tierra del Fuego.

Fuentes del museo, que entre sus curiosidades exhibe artículos del antiguo presidio de Ushuahia, señalan que un papel fundamental lo cumplen las colecciones reservadas que se conservan en la bóveda de seguridad y que están integradas por ejemplares que se remontan a los siglos XVI, XVII y XVIII.

La historia de este museo nos dice que, desde 1905, las autoridades de Tierra del Fuego estaban pensando en crear un museo que conservara las raíces de la zona pero que, sin embargo, los gobernadores Ramón Cortés en 1906 y Ernesto Manuel Campos en 1962, no lograron poner en marcha la muestra, ya por falta de fondos o de decisión política.

Y añade: "En 1973 un grupo de personas decididas a darle forma al Museo de Tierra del Fuego ponen en marcha la "Asociación Pro Conocimiento y Conservación del Patrimonio Histórico Territorial" , título que sería reemplazado en 1976 por el de H.A.N.I.S., palabra cuya traducción en el idioma yámana significa "Lenga" y coincidentemente las letras integrantes de esta sigla contienen el siguiente significado: 'H" de Historia, "A" de Antropología, "N"de Naturaleza, "I" de Isla y "S" de Sur.

Se explica que el ex edificio del Banco de la Nación Argentina, ubicado en la esquina de Maipú y Rivadavia, fue el elegido para albergar las instalaciones del Museo del Fin del Mundo.

El 17 de enero de 1979 el gobierno fueguino reconoció a HANIS como entidad de asesoramiento y cooperación, a la vez que le dio carácter jurídico a esa asocación civil.

El 19 de mayo de 1979, el Museo del Fin del Mundo...! abrió sus puertas al público!

Entre las atracciones figura el Mascarón de Proa del "Duchess of Albany", nave de bandera inglesa que naufragó en las costas de Tierra del Fuego en 1893.

También pueden verse arpones, raspadores, pedernales y distintos utensilios utilizados por las etnias fueguinas.

Además, diversos artículos que recuerdan la presencia en estos lugares de Anglicanos y Salesianos de la llegada de la Expedición del Comandante Laserre en 1884, del ingeniero rumano Julio Popper y del aviador alemán Gunther von Pluschow y, además, del naufragio del Monte Cervantes.

En otra sala pueden observarse elementos salvados del "Presidio y Cárcel de Reincidentes", como ser uniformes originales y artículos fabricados por los penados: bastones, costureros, cigarrreras, etc.

Una de las fotografías e historia que llama la atención es la del presidiario Cayetano Santos Godino, apodado "El Petiso Orejudo", por sus grandes orejas echadas hacia adelante y cuyos crímenes horrendos asombraron a todo el país en su oportunidad.

Otra vuelta al pasado lo constituye, a la izquierda del Hall de Entrada, el Almacén de Ramos Generales, que nada tiene que envidiar a los "sets" similares que exporta Hollywood para sus producciones de "cowboys".

Esos comercios, durante el siglo XIX y la primera parte del siglo XX, eran el punto de reunión más importante de los pueblos alejados, aparte de que ofrecían de todo: alimentos, ropa, herramientas, instrumentos musicales, libros y hasta oficiaban como sucursal de correos.

Hoy también, desde el Museo del Fin del Mundo, se puede despachar correspondencia a cualquier rincón del planeta, claro que en forma más rápida que hace cien años. Y ahora el sellado de las unidades postales lleva el logo del museo, algo que, además, si lo desean, puede ser agregado a los pasaportes de los extranjeros que estuvieron donde termina, en el sur, el continente américano

Mercedes Cuzmanov INPA

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