Rodolfo Sciammarella

Buenos Aires, (INPA) ¿Qué cancionista, cantor u orquesta no interpretó o le grabó algún tango, vals o marcha, en diversos idiomas, al músico argentino Rodolfo Sciammarella?

Esta sería una ardua tarea para cualquier investigador, porque las composiciones de este pianista, poeta, guionista y compositor gozaron siempre del favor popular, tanto entre los artistas, como en el público de numerosos países, principalmente la Argentina, Japón, Uruguay, Chile, Perú, Colombia, Cuba, Puerto Rico, Venezuela, México, Italia, Portugal y España.

Fue una larga y exitosa carrera la suya desde que cobró fama con su primer tango, "No te engañes, corazón", en 1926, cuando lo estrenó Ignacio Corsini, en el "Teatro Apolo". Sciammarella tenía, apenas...¡ 24 años de edad.

Y la lista posterior es larga: "Besos brujos","Ché, Bartolo", "De igual a igual", "Arrepentido", "Llevátelo todo", "No te perdono más", "Otra noche", "Porqué me das dique","Se pasó tu cuarto de hora","No quiero verte llorar", "Vieja recova", los valses "Isabelita", "Salud, dinero y amor",", "Cuando estaba enamorado" y las marchas "Por cuatro días locos","Todos queremos más","Total para qué" etc.

Entre los grandes nombres, aparte de Corsini, que se ocuparon de dar vida a sus letras, están los de Carlos Gardel, Libertad Lamarque, Agustín Magaldi, Agustín Irusta, Julio Martel, Oscar Larroca, Alberto Castillo, Floreal Ruiz, Roberto Rufino, Alberto Morán, Juan Carlos Lamas, Carlos Dante, Jorge Vidal, Julio Sosa, Armando Moreno, Carlos Roldán, Jorge Durán, Alfredo Belusi, Alberto Marino, Rolando Chávez, Roberto Quiroga, Hugo del Carril, Alberto Gómez, Rubén Juárez, Carlos Acuña, Amanda Ledesma, Sabina Olmos, Azucena Maizani, Mercedes Simone, Nelly Omar, Alba Solís, Mario Alonso, Susana Rinaldi, etc.

Sciammarella le puso música a muchas películas argentinas, como ser "Besos brujos", con Libertad Lamarque y Floren Delbene y "El tango vuelve a París", con Castillo, Fernando Lamas, la orquesta típica de Aníbal Troilo, y la estrella mexicana Elvira Ríos.

Mis instructivas y nostálgicas conversaciones con Sciammarella tuvieron tres escenarios: Madrid, el Distrito Federal de México y Buenos Aires, donde murió en 1973, el 24 de junio, el mismo día que Gardel y el autor Alfredo Lepera, en 1935, en Colombia.

Semanas antes, habíamos asistido a la premiere del film "Juan Moreira", del cantaautor, actor y director Leonardo Favio, en una sala de la calle Lavalle, proyección programada en exclusiva para el entonces presidente Héctor Cámpora, que sólo duró noventa días en la Casa Rosada. Luego, en un restaurant aledaño, Cámpora solicitó a Sciammarella que se sentara a su derecha y le contara anécdotas "peronistas" de Madrid.

En México, asistimos a un concierto de tango en su honor en un club en la llamada Zona Rosa, y en el que todos sus temas fueron los reyes hasta la madrugada. Días antes, había tenido gran repercusión nacional su paso por un gran canal de televisión.

En España, nos había presentado el ex cantor de Mariano Mores, Carlos Acuña, en su hotel sobre "La Gran Vía", y ambos fueron los pasaportes ideales para poder entrevistar al exiliado ex presidente argentino Juan Domingo Perón, que veía aliviado su destierro ( terminado en 1973) con el piano y las canciones de Sciammarella, cantadas por el amigo Acuña, al que reconocían en España como "El Rey del Tango". Perón invitaba a Scjammarella a sus cumpleaños, ya que ambos nacieron un 8 de octubre, Perón en 1895 y el músico en 1902.

Al velatorio de Sciammarella, en un salón de SADAIC (Sociedad Argentina de Autores, Intérpretes y Compositores) acudieron todos durante las 48 horas seguidas que estuvieron abiertas las puertas en el edificio de la calle Lavalle, en el centro de Buenos Aires. Perón, que moriría un año más tarde, de nuevo en la presidencia, envió una gran corona. Y Cámpora otra.

Al cajón estuvo abrazada su esposa, Estrella, a la que supuestamente, cada vez que reñían, le dedicaba un tango: "No te perdono más", "De igual a igual","Otra noche", son los más notorios en ese sentido.

La llegada de Alberto Castillo resultó una de las más emocionantes. Es que "El Doctor" le había cantado numerosos temas: "Otra noche", "Se pasó tu cuarto de hora" y otros tangos.

Además, durante toda su carrera, Castillo usó siempre el estribillo del vals "Los cien barrios porteños", para todas sus presentaciones en el país y en el extranjero. Y en los estadios, en varios carnavales, hizo bailar a las muchedumbres con la marcha "Por cuatro días locos".

Sciammarella yace en el panteón de SADAIC, en el Cementerio La Chacarita, junto a otros grandes del tango argentino, música que, luego de estar como adormecida en la Argentina, despertó cuando desde Japón vinieron a buscarla y el espectáculo "Tango Argentino" triunfó nada menos que en París y Broadway.

El 11 de diciembre próximo, Día Nacional del Tango en la Argentina, Rodolfo Aníbal Sciammarella será recordado en un par de actos de homenaje a Aníbal Troilo, organizados por la agrupación "Globaltango"(www.globaltango.com.ar).

Esa tarde, se colocará una Placa de Bronce en los muros externos del Bar Notable "La Esquina de Aníbal Troilo", en la ochava de las calles Paraná y Paraguay. Tras la firma de un pergamino recordatorio, los asistentes se trasladarán al cercano Museo del Tango, en Maipú 666, para firmar el Libro de Visitas, otro pergamino y presenciar un acto musical con música de los dos "Aníbales". Troilo participó como actor y bandoneonista en "El tango vuelve a París"; que dirigió Manuel Romero y se estrenó en esta "Capital del Tango" el 16 de enero de 1948, con toda la música compuesta, dirigida o supervisada por Sciammarella.

Otras de las setenta películas con música de este compositor nacido en el barrio de Barracas son: "De Méjico llegó el amor", con el astro azteca de entonces, Tito Guízar; "Melodías de América", con la cancionista argentina Nelly Omar, el astro mexicano José Mojica y algunos temas de Agustín Lara; "Ven...mi corazón te llama", de nuevo con Elvira Ríos y "Un tropezón cualquiera da en la vida", que consolidó la exitosa carrera cinematográfica de Castillo y le abrió las puertas a la fama a un original y narigón cómico argentino, Fidel Pintos.

Scammarella también fue guionista y, en 1950, ofreció el de "A La Habana me voy", con el bailarín argentino Tito Lusiardo, el tenor mexicano Pedro Vargas y la principal atracción de la rumbera cubana Blanquita Amaro

Raúl Riutor INPA

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