Cuando digo te amo, mi amor, estoy nombrando la calle adoquinada que mi barrio tenía la puerta de mi casa que se quedó cuidando, la rosa del silencio que floreció aquel día. El olor al tostado de las panaderías, la plaza de los sueños, el cielo adormecido el payaso gigante que en las tardes reía, y el rostro de mi madre llegando del olvido.
Cuando digo te amo, mi amor, canta el manzano, la veleta en lo alto gira en mil vueltas locas se vuelve un tibio nido el hueco de tus manos, y una frutilla roja se convierte tu boca.
Los pájaros al alba desperezan sus alas, ensayan en el viento las notas de sus trinos cinco dados iguales nos gritan "generala", y las uvas moradas se desmayan en vino.
Cuando digo te amo, mi amor, el sol brillante, hace que retroceda, para volverme un chico que juegue a la "rayuela" como ayer, como antes, y sin una moneda, sea el hombre mas rico.
Sea el que en el colegio izaba la bandera, el que andaba en los charcos cabalgando en el frío el que en noches febriles, matizando la espera, dibujaba tu rostro en el azul del río.
Cuando digo te amo, mi amor, vuelvo a tus manos, y todos los caminos encienden su poesía. Mas de cincuenta eneros poblaron mis veranos, para unir en tus ojos, tu esperanza, y la mía.
León Romero
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