HUGO INDART

A partir de la fecha, el Sr. Hugo Indart, hijo de Agustín U. Indart, y quien diese las respuestas a nuestras interrogantes sobre la vida de tan querido maestro, será quien nos cuente desde su pasión y vastos conocimientos, la vida del permanentemente recordado cantante de tangos Carlos Gardel.

Aproximadamente cada diez días tendremos una entrega sobre esta distinguídisima voz rioplatense, símbolo de la cultura popular de ambas orillas rioplantenses, a quien una muerte trágica le dió aún mas fama.

Hugo, nos informará sobre las disputas y teorias existentes respecto a la verdadera nacionalidad de Gardel, nacionalidad que reclaman Argentina, Francia y Uruguay.

Agradezco a Hugo su buena voluntad de siempre, y espero que aquellas personas que quieran consultar o hacer llegar sus aportes, se animen a hacerlo.

A disfrutar entonces de la lectura.

Primer entrega sobre la vida de Carlos Gardel.

CARLOS GARDEL Intentaremos, a través de una serie de entregas, realizar una visión panorámica de este artista incomparable. Posiblemente no exista otra figura en este campo que haya motivado a tantos escritores, ensayistas, analistas, periodistas, historiadores; tal vez se ha escrito sobre él más que sobre cualquier otro artista y por lo tanto puede parecer poco menos que imposible sintetizar su vida y su obra. Por lo menos trataremos de hacerlo, deseando compartir con su inagotable legión de admiradores y con todos aquellos que, sin serlo, se interesen por una personalidad semejante, algunos de los aspectos más significativos de su paso por el mundo y de su inigualable permanencia.

Varios son los criterios que se podrían adoptar para enfocar esta tarea. En lo personal me ha parecido adecuado, en este caso, considerar un desarrollo cronológico ya que esto puede ayudarnos a tener una visión global.

El primer punto, si seguimos este planteo, resulta sumamente polémico. El tema de su nacimiento, su origen, ha enfrentado, desde hace mucho tiempo y con particular virulencia desde hace unos cuantos años, dos hipótesis opuestas. Según aquello que se ha dado en llamar la historia oficial Gardel habría llegado desde Toulouse (Francia) a Buenos Aires con poco más de 2 años de edad en compañía de su madre, Berta Gardes, madre soltera que, debido a esta situación y escapando a una segura segregación motivada por férreos prejuicios de época, procura una nueva vida en tierras americanas. Existe un documento en el que se da cuenta del nacimiento de un niño, Charles Romuald Gardes, en Toulouse, el 11 de diciembre de 1890, que con el tiempo se convertiría en nuestro artista. Pero el escrito que plantea todo este tema, sorprendiendo al mundo en el momento, es un testamento ológrafo que presenta su apoderado, Armando Defino, algo más de un mes después de muerto el cantante. En él, el artista se declara nacido en el lugar y fecha arriba indicados. Debemos aclarar que esta forma de testar, para la cual no se necesita la mediación de escribano ni abogado resultaba válida en la Argentina pero no en el Uruguay. El causante redactaba su voluntad solo y se guardaba ese documento donde se considerase adecuado, por ejemplo en un banco. Quiero explicar que la sorpresa pública a la cual me refiero se debe a que, en el momento de su muerte, su nacionalidad no estaba en discusión. Sus documentos, como lo veremos después, lo acreditaban como uruguayo, sus amigos más íntimos así lo consideraban y las agencias internacionales hacían referencia a “...la trágica muerte del cantor uruguayo Carlos Gardel...” Hay varios ejemplos en ese sentido; mencionamos algunos: agencia “Havas”, Toulouse, 27/6/35; agencia A. P., Medellín, 25/6/35; declaraciones del presidente de la Paramount, Adolph Zukor en United Press, 26/6/35.

La tesis del Gardel francés tuvo que explicar algunas situaciones que se presentaban sumamente confusas. Diría que en primer lugar, según orden de importancia, había que aclarar la razón de la existencia del pasaporte (veremos después que son varios documentos) en que figuraba como uruguayo. El motivo que se argumentó fue el riesgo de ser considerado desertor, con las correspondientes sanciones, luego de la Primera Guerra Mundial, en un posible viaje a Francia. Este temor que habría tenido el cantor lo llevó a “gestionar” su pasaporte con la complicidad de algunas personas influyentes, falseando el dato en cuestión. Este hecho, en mi concepto, es el pilar fundamental de esta posición. Sobre dicha base se estructura toda la historia del niño tolosano a partir de 1935, considerada verdad absoluta hasta comienzos de la década del ´60.

En esos años aparece un periodista, Erasmo Silva Cabrera (Avlis), que comienza a rastrear aspectos confusos, cotejar hechos, declaraciones, diferentes versiones, tentando una historia que pudiera aclarar contradicciones acercándose, en la mayor medida posible, a la realidad. Sus investigaciones tuvieron muchas inconsistencias, grietas, que en cierta forma le restaron validez a sus conclusiones pero que, indudablemente, abrieron una brecha insospechada en la historia y generaron una inquietud que, retomada muchos años después por investigadores como el doctor Eduardo Payssé González y el arquitecto Nelson Bayardo, termina concretándose en un planteo sumamente sólido que reafirma el nacimiento de Gardel en Tacuarembó (Uruguay).

Tratando de resumir al máximo estas extensísimas investigaciones (solo a título de ejemplo digamos que el libro del doctor Payssé González, “Páginas abiertas”, tiene 470 páginas) desearía compartir con los lectores algunos de los puntos neurálgicos que, en lo personal, me han hecho ver una historia en la que sus partes encajan, en la que los sucesos responden a una lógica histórica en contraposición a la tesis francesista que se ve haciendo agua por muchos lados.

El punto fundamental, a mi juicio, porque desmorona una de las principales columnas del francesismo, es la precisión que hace el doctor Payssé sobre el riesgo del desertor. Según la legislación francesa ese peligro no existía debido a las condiciones de Gardel y Doña Berta, viviendo en países de ultramar y siendo él el sustento de su madre. Se ha dicho que posiblemente Gardel no supiera esto; me parece un razonamiento infantil y ofensivo para la inteligencia del artista. Otra consideración de medular importancia es el tema de la edad. Durante toda su vida el máximo cantor se trató de sacar quilos y años (ha quedado más que documentada su tendencia a la obesidad). Por ello resulta inexplicable que en los documentos obtenidos por él en vida se haya aumentado la edad. La partida de nacimiento de Charles Romuald, a la que ya hicimos referencia, ubica su nacimiento en 1890, mientras que en todos los documentos que él tramitó (jurídicamente inobjetables), se declara nacido en 1887. Y para terminar esta más que apretadísima síntesis, ya que hemos mencionado varias veces sus documentos, vamos a enumerarlos. Son ocho.

1) Registro de nacionalidad, 8 de octubre de 1920. 2) Cédula de identidad argentina, 4 de noviembre de 1920. 3) Certificado de buena conducta, 15 de febrero de 1923. 4) Carta de ciudadanía, 7 de marzo de 1923. 5) Libreta de enrolamiento, 21 de junio de 1927. 6) Ficha electoral. 7) Carta valable, documento obtenido en París el 16 de marzo de 1931. 8) Pasaporte, expedido en el consulado argentino en Niza, en diciembre de 1932. Este es el documento que se ha reproducido infinidad de veces en libros, diarios y revistas; se ve chamuscado por el fuego luego del accidente en Medellín.

Hugo Indart

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