El sector de derecha que dirige la política económica en el gobierno del Frente Amplio, no apurará el paso, por ahora, en su estrategia de insertar al Uruguay en el mundo, maniatándolo de pies y manos al imperialismo norteamericano.
El Ministro Astori, y su grupo Asamblea Uruguay, que es el líder de esta política, así lo ha hecho saber en las últimas horas. El compromiso de un TLC con Bush, que responde a una estrategia de la oligarquía nacional, aliada al imperialismo, trazada por Jorge Batlle y Luis Alberto Lacalle, que pugnan por el rompimiento con el MERCOSUR, para quebrar el proceso de integración continental, fue asumido por el Ministro y su grupo político, acompañado por el Nuevo Espacio y sectores oportunistas de la coalición.
La actitud más prudente de Astori responde a varios factores: a) a la oposición creciente en el Frente Amplio; b) a la ayuda financiera de Venezuela al gobierno uruguayo; y c) a la Declaración de Santiago de Chile, de los presidentes Tabaré Vázquez y Néstor Kirchner, que encauza por la vía negociadora el diferendo por la instalación en Fray Bentos de dos poderosas industrias presuntamente contaminantes.
Las Bases del Frente, el Partido Comunista, el Partido Socialista, el Movimiento 26 de Marzo y la Corriente de Izquierda, han manifestado, con claridad, su oposición a un Tratado Comercial con EE.UU. en razón de la falta de reciprocidad. Estados Unidos pide una apertura absoluta de Uruguay a sus mercancías pero se niega a retirar los subsidios a productos en los que nuestro país puede competir con ventaja. El canciller uruguayo, Reinaldo Gargano, ha expresado reiteradamente que esta situación, hace inviable ese tratado. Por otra parte, Uruguay está comprometido, por el Tratado del MERCOSUR a que cualquier convenio de este tipo, debe ser acordado primero entre los países integrantes de la organización regional y negociado colectivamente.
El Plenario del Frente Amplio del 25 de marzo
En la reunión del Plenario del Frente Amplio, realizada el 25 de marzo, se discutió el informe de una Comisión Especial sobre este tema. El documento critica el funcionamiento del MERCOSUR y expresa que Uruguay debe insertarse en el mundo. El párrafo clave es el siguiente: "Para el Frente Amplio la inserción comercial del Uruguay en el mundo es altamente relevante, dado su impacto sobre el trabajo de los uruguayos, factor principal en la lucha contra la pobreza y la mejor forma de potenciar la capacidad del Uruguay: crecer, generar empleo y reducir las desigualdades, es con un Estado que contribuya a ampliar los mercados, a captar inversiones y redistribuir los beneficios del crecimiento".
Durante su visita a Venezuela, el presidente Tabaré Vázquez, declaró que el TLC con Estados Unidos no ha estado ni está en la agenda del gobierno. El presidente Chávez y el canciller Gargano, aplaudieron fervorosamente. Sin embargo en la reunión del Plenario, el sábado 25, fue rechazada una moción del Partido Comunista que proponía un rechazo de plano a un tratado comercial con EE.UU. La resolución aprobada finalmente, luego de acalorada discusión, envía a la Comisión Especial las diversas enmiendas presentadas al texto, que volverán al Plenario con una nueva redacción, mientras el tema sigue en la agenda de la organización política.
Necesidad de activar los organismos de base
No hay duda que la intención de Astori y sus seguidores de concretar un TLC con Estados Unidos, ha encontrado serios obstáculos en el interior de la fuerza política, situación que lo ha obligado a cambiar de táctica, a la espera de una mejor oportunidad. Por ello, la base social y política frenteamplista debe mantener la vigilancia y presionar para que los órganos políticos como Comités de Base, Plenario y Congreso, que son los que trazan las políticas estratégicas, actúen regularmente y mandaten al gobierno.
La vía estratégica, de liberación nacional y continental, definida por el programa del Frente Amplio, es la integración latinoamericana. Es falaz el planteo de que Uruguay debe firmar un TLC con Estados Unidos, para insertarse en el mundo. La inserción en la economía mundial, en el caso de Uruguay, nació con nuestro Estado, que hasta la Primera Guerra Mundial fue un satélite de Inglaterra, cayendo luego bajo la esfera del imperialismo norteamericano, como el resto de América Latina.
La hegemonía mundial de Estados Unidos es transitoria
El carácter hegemónico económico, militar y político actual de Estados Unidos es transitorio. En no más de 20 años se verán enfrentados a la competencia de fuertes bloques regionales, siendo el principal el euroasiático integrado por Rusia, China e India que poseen enormes mercados internos. La desesperación de los sectores reaccionarios de Estados Unidos por establecer un control militar en el mundo que les asegure el control de la economía mundial, es una misión imposible como lo demuestra su incapacidad para vencer la resistencia del pueblo iraqui.
América Latina y Uruguay deben luchar por su liberación dentro de este nuevo escenario geopolítico que se está constituyendo, el que progresivamente le irá abriendo las puertas a cambios sociales más profundos. El primer paso es la integración y el fortalecimiento del bloque, que ofrece características objetivas y culturales que ningún otro continente ni bloque posee; el segundo, será una formación social que supere el modo de producción capitalista y que muchos llamamos socialismo.
Aquellos grupos que se denominan de izquierda y que defienden el TLC, no sólo están a contrapelo del programa frenteamplista fundacional sino de la Historia. Ni Bolívar, ni Martí, ni Artigas, ni el Che Guevara, ni Fidel Castro, ni Rodney Arismendi, ni Vivián Trías, han perdido vigencia. La nueva estrategia de liberación actual no pasa por la vía rápida al socialismo, -la relación de fuerzas mundiales es negativa- pero sí por una integración continental definidamente antiimperialista.
Otra política es, sencillamente, cipaya.
Ruiz Pereyra Faget
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