Por lo que he observado de cerca, para muchos corporativos las relaciones con la familia y amigos son tan superficiales que los términos "familia" y "amigos" son muy generosos.
La súbita y permanente pérdida de la eficiencia de los combustibles fósiles para las masas, está por cerrar un interesante perìodo de la historia: el principio del fin del clima tal como lo conocemos es por lo menos tan digno de notar como el relativamente reciente advenimiento de los fantásticos inventos electrónicos de plástico. Ustedes los corporativos son inteligentes y la mayoría de ustedes son, básicamente, gente simpática, pero "gracias por nada".
Mientras el influyente ciudadano ofrece módicas esperanzas a sus descendientes en un mundo cada vez más incierto, el automóvil lujoso aún no ha pasado de moda. Tener más riqueza material es, por lejos, la principal medida de la felicidad para todos aquellos que se aferran a la cultura dominante. Gran parte de esa felicidad depende del status alcanzado con la compra de propiedades y con montones de dinero. Otros valores, como la familia, la profesión, y la creatividad artística, están después, generalmente, en ese orden.
El respeto y los logros en sociedades más tradicionales que la de Estados Unidos, no son tan dependientes de la riqueza material. Ocurrió incluso en los Estados Unidos que la experiencia, el conocimiento y la ética de alguien aportó sabiduría individual que fue vital transferirla a la familia y la comunidad. En la actualidad, es vastamente considerado apropiado recoger algunos consejos familiares de una revista comercial - o incluso más "crucial" para la felicidad de la sociedad - perder peso. Los mayores y su sabiduría, amor y disposición para ayudar a guiar a las generaciones más jóvenes, son ignoraos y obligados al retiro en Casas de Reposo o Geriátricos, a menudo en una forma diseñada... ¡para sacarles el dinero!
La típica vida de un corporativo y la de muchos miembros de su familia es, en gran medida, vacía de significado. Esto ha sido dicho tantas veces que debe haber una gran verdad en ello. Podemos ir más lejos y decir que la mayoría de los corporativos se liquidó: vendieron sus almas. Tal vez ya no es más raro que poca gente acostumbrara a aspirar meramente a hacer un montón de dinero sacrificando su propia independencia por un sueño materialista.
Debido a los medios de comunicación y la enseñanza estatal, el pasado de la gente con la bastante"suerte" para ingresar al mundo de las corporaciones, es perseguir el materialismo y ser seguidores. La propaganda oculta esto y presenta una gran cultura, la que no puede totalmente entender el genocicio corporativo estadounidense de iraquies, vietnamitas y otros pueblos.
El sentimiento entre amigos dentro de una corporación o inter-corporación, es una experiencia semi-tibia donde lo mejor que pueden hacer el uno por el otro es ir ese kilómetro extra y encontrar el tiempo para reunirse, por Dios, para disfrutar cócteles o jugar racquetball. Esto recorta el tiempo de las dos dominantes porciones de la rutina del trabajador corporativo: trabajar en el cajón (marcando el reloj), y estar en el cajón-santuario, llamado hogar. La norma es que debería haber una familia allá que espera que el corporativo esté presente en el desayuno y, a menudo, en la cena. ¿Almorzar en casa y tomar una siesta? ¡Trate un antiguo y perezoso país, compañero!
La pareja corporativa contrata a una niñera y va a la casa de otra pareja corporativa. Hablarán de sus respectivos patrones o subalternos y los hermosas maneras de gastar dinero, agregando una pieza a la ya más que adecuada casa o conociendo ese nuevo y caro restaurante.
El trabajador holgazán-esclavo, está peor de acuerdo con los valores materiales que han abrogado las tradiciones culturales tales como el agrupamiento familiar. Un trabajador no ejecutivo está más preocupado que un corporativo en pagar sus cuentas y en evitar una complicación o una terminación del empleo. Estas también son consideraciones para el corporativo, ero el trabajador que cobra menos, tiene a su cargo la tarea repetitiva, tediosa, peligrosa.
Recientemente, en la oficina de correos de Arcata, había un cartel que decía: "Supe tener una vida, luego conseguí este empleo".
Qué manera de vivir: darle un beso de despedida a sus sueños y depertar a la ilusión de la libertad y la búsqueda de la felicidad.
La gente asume que el actual predicamento y fraudulento juego es la única manera. Esto nos lleva a la alternativa del modo de vida de los corporativos y la mayoría de los trabajadores.
Desafortunadamente, para gran parte de nosotros alcanzar los conceptos de las muchas maneras de vivir de una persona libre, primero es necesario ver de muy cerca la monótona y limitada vida del consumidor que es dominada y manipulada por las corporaciones y el gobierno.
Algunos libre-pensadores tienen una aversión natural a comprometer sus principios o pueden querer vivir sólo en un medio menos artificial.
Las grandes y superpobladas ciudades son una atracción principal de la dominación imperial corporativa. Una federación de competidores eufemíticamente emplea a las masas y así consigue lo que desea con ley y comercio.
Los derechos civiles y el medio no son preocupaciones de un corporativo.
Los creadores, que apluden los sentimientos y conceptos artísticos, no comerciarán su experiencia por una casa mayor o un automóvil más nuevo: se hallan a sí mismos poniendo en práctica su arte y sus crencias, sea por la paz o por la protección de un viejo bosque.(INPA)
Jan C. Lundberg es presidente del Instituto de Energía Sostenible y director de la publicación Culture Change
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