Por Nelson Lombana Silva
La violenta reacción del presidente de la república, Álvaro Uribe Vélez, contra los fallos del poder judicial es cada vez más patética y agresiva, sobre todo, fallos que van contra los que hacen parte de la parapolítica y militares comprometidos con la violación de los derechos humanos, tal el caso del general Alfonso Plazas Vega, Rito Alejo del Río y tantos otros chafarotes violadores de los derechos humanos en Colombia.
Su agresiva presencia anoche en la televisión rodeado del mongólico ministro de defensa, el comandante del ejército y otros tantos, se puede interpretar como una amenaza abierta contra el poder judicial, las cortes y todos aquellos funcionarios honestos comprometidos con la verdad y la justicia. Ese comportamiento es supremamente grave y debe llamar la atención de los demócratas de Colombia y del mundo.
Demuestra el mandatario su talante, sus aires imperiales, su interés porque sus ocho años de mandato infame permanezcan en la impunidad y la verdad real sobre su actuación se mantenga en reserva. Le mortifica que el poder judicial pueda llevar al ex-presidente Belisario Betancur a responder por sus actos en el magnicidio presentado hace 24 años en el palacio de justicia, le duele que el general Alfonso Plazas Vega deba cumplir 30 años en prisión por el asesinato y desaparición de por lo menos once personas que salieron con vida del palacio como lo muestran los vídeos.
Sin embargo, seguramente lo que más le teme el mandatario es que pueda correr la misma suerte del general de pronto más temprano que tarde, dependiendo naturalmente de la presión popular y la comunidad internacional. A eso le teme. Por eso asume conductas tan repudiables contra las cortes y se ensaña con tanta vehemencia. Es cobarde. Siente pasos de animal grande.
El pueblo colombiano no puede quedar pasivo ante semejante exabrupto del señor presidente. Debe asumir un comportamiento activo, consecuente, pues de por medio está en juego el Estado Social de Derecho. Hay que rodear de solidaridad las cortes y los funcionarios respetuosos de sus funciones como la juez tercera penal del circuito especializado, María Stella Jara, lo mismo que la fiscal Ángela María Buitrago, entre otros. El Polo Democrático Alternativo debe liderar acciones a nivel nacional e internacional, movilizar al pueblo y contribuir a que éste pueda romper con el analfabetismo político, el terrorismo de Estado y la alienación y enajenación de los diversos aparatos ideológicos del sistema, para poder conocer de verdad el sistema que lidera el narcoparapresidente Uribe Vélez. Hay que contribuir a romper con el embrujo autoritario, de lo contrario, estamos condenados a otros cien años de soledad, de injusticia y de impunidad.
Outra Colômbia é possível!!
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