Aquellos antiguos rebeldes americanos
Al cumplirse 450 años de la muerte de Lautaro, el joven caudillo araucano que venció a los poderosos españoles, se recuerdan a otros líderes americanos que también lucharon contra los invasores, pero que terminaron torturados, desmembrados, ahorcados o decapitados.
Por: Estrella Montesinos
Lautaro, Araucanía, Chile (INPA) Lautaro, el caudillo araucano, tenía sólo 19 años cuando al comando de sus fuerzas, derotó, en 1554, al conquistador español Pedro de Valdivia, que pereció en esa batalla librada en Tucapel.
Los invasores se vengaron tres años después con las tropas guiadas por Francisco de Villagra, que acompañó a Valdivia a Chile, le sucedió como Capitán General, y terminó con Lautaro.
Un año más tarde, en 1558, murió otro revoltoso caudillo araucano, Caupolicán, vencido por el gobernador de Chile, García Hurtado de Mendoza, y condenado a morir empalado, hasta que le saliera el afilado madero por la cabeza.
Otro héroe araucano fue Galvarino quien, para mostrar la fuerza de su raza, anduvo frente a los españoles tres días y tres noches con un tronco de árbol sobre los hombros. Sus enemigos, fastidiados, sencillamente, le cortaron los brazos.
Más al norte, en el Cuzco, otros conquistadores decidieron liquidar al líder peruano Tupac Amaru, amarrándolo a cuatro caballos que tiraban, separadamente, sus brazos y piernas. Ante la demora del desmembramiento, lo decapitaron.
Y a Cuauhtémoc, el último emperador azteca, los españoles lo sometieron, sin éxito, al suplicio del fuego para que revelara los escondites de sus tesoros. Finalmente, fue ahorcado por orden del conquistador Hernán Cortés. Hay un cuadro, "Suplicio de Cuauhtémoc", de David Alfaro Siqueiros, que refleja los padecimientos del monarca vencido.
Al parecer, Atahualpa, el último Inca o Emperador del Perú, era menos luchador que los anteriores. Fue apresado fácilmente por los invasores españoles en Cajamarca y luego de entregar mucho oro, fue ejecutado por orden de Francisco Pizarro. Tenía, apenas, 33 años.
Los indígenas, aquellos que en este continente se rebelaron porque perdían sus tierras, posesiones, creencias y leyes ancestrales, originaron héroes desde la Patagonia hasta el Golfo de México.
Y, más tarde, en lo que serían los Estados Unidos de América, con los ataques a las tribus de siuxs, mohicanos, etc., cuando el hombre blanco avanzó - como lo hicieron los españoles siglos antes-, a sangre y fuego, ocupando tierras que jamás habían conocido la pólvora, los alambrados o las escrituras de propiedad privada. (INPA)
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