Los periodistas deportivos de nuestro país consideraron al jugador de futbol Diego Maradona el mejor deportista del Siglo XX. No soy especialista en deportes, pero, pese a los innegables méritos de Maradona, creo que hay una omisión imperdonable, porque no han recordado dentro del siglo al que es considerado el mayor marino de todos los tiempos, el navegante solitario Vito Dumas.
Vito Dumas, con una pequeña y frágil barca de vela de 9 metros - el Leigh II-, sin motor, sin radio, sin instrumentos para comunicarse, viajó solitario de Francia a Buenos Aires y en plena Guerra Mundial; de igual manera, dio la vuelta al mundo en mares plagados de submarinos y de barcos de guerra. Cuenta el mismo en su obra "Los cuarenta bramadores" que antes de partir, un almacenero de su barrio le cargó un cajón de comestibles; al cruzar el Cabo de Hornos una tormenta le rompió el tabique nasal. En pleno océano se hirió en un brazo, debió inyectarse un medicamento- no existían los antibióticos - y amarrarse al timón durante tres días y tres noches pese a su alta fiebre, en medio de una tormenta, hasta que la infección cedió. Cuando arribaba a los puertos, enormes multitudes lo recibían. Era un héroe casi mitológico. Modesto, sencillo, de muy pocas palabras, este valiente deportista superó cuanto record es posible y llevó al tope su nacionalidad argentina.
Dumas ha sido reconocido y honrado como el mayor navegante de todos los tiempos por todas las naciones marineras (Inglaterra, Portugal, Estados Unidos, Suecia, Noruega, Grecia, etc.), y por cualquier otra. En la Grecia antigua habría sido elevado a la estatuaria.
Hace unos treinta años una comisión de homenaje que presidía el capitán de navío Jonás Sosa, logró designar con su nombre una calle del Gran Buenos Aires. Hoy, desconocido por las nuevas generaciones, ni siquiera es considerado por los periodistas deportivos. Sic transit gloria mundi.
¿Cómo pretendemos entonces honrar a los próceres que nos dieron independencia, libertad, organización y progreso si pertenecen a otra época?
Debo recordar que una nación es tal cuando ha hecho suyas las hazañas de sus mayores.
INPA
El doctor Juan José Cresto es Director del Museo Histórico Nacional de Buenos Aires, Argentina
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