Nahuel Moreno tenía razón... La "Hora del Trotskismo" llegó De la mano de la Revolución Política
Nahuel Moreno caracterizó al período abierto con las movilizaciones e insurrecciones de los años 70 contra los estados obreros burocratizados, como el comienzo de la Revolución Política.
Muchos cuadros de la vieja Lit, confundidos por el retroceso producido por la contraofensiva "neoliberal" de los años 90, cuestionaron esa afirmación, ya que fueron impactados por ese proceso, que detuvo parcialmente el avance de la etapa revolucionaria, imponiendo contradictoriamente- una situación de carácter reaccionario, que se prolongó hasta principios de la década del 2000.
Ya superada esa situación comenzaron a aparecer importantes hechos en la lucha de clases nacional e internacional que confirman las afirmaciones de Moreno, como, por ejemplo, la lucha que derrotó al CPE en Francia o las gigantescas movilizaciones de trabajadores inmigrantes indocumentados en EE.UU., quienes protagonizaron la primer huelga general en la historia de ese país y el surgimiento de un inédito "movimiento de liberación nacional" al interior del propio imperio.
Lo más importante del caso es que el principal protagonista de la lucha de clases volvió a ser el movimiento obrero, que está peleando a brazo partido contra la implementación de los planes de hambre y explotación impuestos por los nuevos gobiernos.
La derrota electoral de Bush fue una expresión distorsionada del avance del movimiento de masas, y así fue tomado por los trabajadores y el pueblo, independientemente de que los demócratas, en sí mismos, no impliquen ningún tipo de progreso.
La combinación entre la crisis política y militar del imperialismo y el accionar ofensivo del proletariado están produciendo un salto en la conciencia del movimiento de masas, avance que se materializa en el poderoso proceso asambleario que recorre el mundo.
Prácticamente no existen huelgas en donde los trabajadores no reclamen o impongan asambleas, tanto para decidir sus medidas de fuerza como para controlar a los dirigentes.
Para comprender la dimensión de este proceso hay que tener en cuenta que la democracia obrera (una de las conquistas fundamentales del proletariado) fue prácticamente liquidada por el accionar del nazi fascismo y por los stalinistas en la década del 30, y que pasaron más de 70 años hasta que volvió a aparecer en la escena.
Tan así es, que aún en la etapa en que los trabajadores realizaron las últimas revoluciones que expropiaron (Este Europeo, China, Cuba e Indochina), las conducciones burocráticas no sólo imponían sus decisiones sin cuestionamientos, sino que se fortalecieron.
Nahuel Moreno especulaba que la Revolución Política podría llegar a tiempo de manera de cambiar el régimen de los estados obreros, que estaban comandados por esas camarillas, transformándolos así en Estados Obreros Revolucionarios.
Sin embargo Moreno se equivocó en el pronóstico, ya que la degeneración de esos estados y la falta de una dirección alternativa, le facilitaron el trabajo a los imperialistas, razón por la cual pudieron montar la gran contraofensiva que restauró el capitalismo y destruyó innumerables conquistas obreras en todo el mundo.
Pero, a pesar del error en el cálculo, Nahuel Moreno acertó en lo más importante, la dinámica del proceso: Si bien la Revolución Política no pudo detener la restauración, terminó colándose al interior de las organizaciones proletarias, recuperando el método perdido de la democracia obrera en casi todo el mundo, imponiendo las asambleas.
"La revolución política en la URSS, pese a su colosal significado, no es más que la parte más dramática e intensa de un proceso también mundial, que no se da sólo en la URSS y su zona de influencia. La ofensiva creciente del movimiento de masas se refleja y cada vez se irá reflejando más y más dentro del propio movimiento obrero, en las relaciones entre las organizaciones dirigentes oportunistas y contrarrevolucionarias con el movimiento de masas."
"En este sentido podemos decir que la revolución política o el nombre que se le quiera dar al proceso mundial de liquidación del dominio de la burocracia sobre el movimiento obrero, incluida la URSS está íntimamente combinada con la revolución democrático burguesa y obrera, se influencia no sólo geográficamente sino internamente, en cada proceso revolucionario." (Nahuel Moreno, LA REVOLUCIÓN PERMANENTE EN LA POSGUERRA, Crítica al documento de Farrell Dobbs)
La loza burocrática reventó por los aires debido a la combinación mortal que produjeron, por un lado las crisis específicas de las economías planificadas burocráticamente, y por el otro los procesos revolucionarios que explotaron en los países del Este a partir de la década del 70.
Este proceso se aceleró con la crisis económica capitalista, que liquidó las bases materiales sobre las cuales se podrían haber fortalecido los aparatos que reemplazaron a la burocracia estalinista, direcciones que surgieron muy débiles desde su propio origen.
La recuperación de la democracia obrera permitió que la lucha de clases recupere su "normalidad" luego de más de siete décadas de distorsiones.Esta situación está emparentando la actual etapa revolucionaria con aquella que se abrió después del Octubre Ruso, cuando, producto de la revolución bolchevique y de otras (como la alemana o la española) surgieron esos poderosos y masivos organismos de autodeterminación denominados "soviets".
Estos eran, esencialmente, grandes asambleas de coordinación, dentro de las cuales los distintos grupos y partidos que los integraban debatían apasionadamente todo, aunque sin la regimentación burocrática, ni por derecha, ni por izquierda.
El fenómeno asambleario en curso es el caldo de cultivo que facilitará el surgimiento de esos organismos soviéticos, un proceso que, obviamente, debe ser alentado por todos los revolucionarios principistas.
El capitalismo es consciente de todo esto. Por eso ya se ha puesto a construir los nuevos muros de contención que le permitan desviar la combatividad obrera y frentar todos los avances producidos en la conciencia de las masas.
Los de arriba entendieron antes que nadie que las burocracias y los dirigentes tradicionales estaban inmersos en una crisis terminal, razón por la cual se están jugando a reemplazarlas por otras variantes, mucho más presentables y engañosas.
Una parte sustancial de esa dirección contrarrevolucionaria alternativa está siendo apañada por Fidel Castro y los partidos Socialdemócratas Europeos, quienes apoyan a uno de sus hijos dilectos, Hugo Chávez, frente a quien ya se han arrodillado muchos de los que hasta hace poco se declaraban socialistas consecuentes.
Esta nueva divisoria de aguas obliga a los trotskistas principistas a salirle al paso al chavismo y a sus aliados, mostrándole a las masas que el "Socialismo del Siglo XXI" que predica este charlatán nada tiene que ver con el verdadero socialismo que necesitan los trabajadores, y que su política no es más que un engaño para adormecer la combatividad obrera, de manera de continuar aplicando los planes capitalistas.
Esta política no se plantea sólo para Venezuela, sino para el resto del continente, ya que el chavismo está reorganizando a su alrededor y en todos los países a una nueva camada de impostores.
Enfrentar al frentepopulismo y a los nuevos revisionistas
Coincidimos con la dirección de la Liga Internacional de los Trabajadores, cuando afirma en su documento Latinoamericano que "Los nuevos gobiernos burgueses latinoamericanos" son "agentes del imperialismo en América Latina y enemigos de las masas"; y propone coherentemente la pelea por el "derrocamiento de estos gobiernos y su sustitución por gobiernos obreros y campesinos, es decir por la dictadura del proletariado".
Esto no es poca cosa si se tiene en cuenta que la mayoría de los grupos y partidos de la izquierda y del trotskismo le han capitulado a Chávez, Evo, Correa y demás gobiernos populistas, los cuales subieron al poder -como bien caracteriza la Lit- para "controlar, frenar, desviar, desmoralizar y, si es necesario, reprimir al movimiento obrero y de masas."
Asumiendo esta definición principista, la Lit tiene la oportunidad y el desafío de ponerse a la cabeza de la reorganización de los partidos y grupos revolucionarios dispuestos a enfrentar el frentepopulismo.
Esa es la razón por la cual nuestro partido solicitó incorporarse a la Lit, pidiendo poder participar en su precongreso mundial e ingresar al Comité de Enlace que conformó la sección oficial de la Lit en la Argentina -el FOS- junto a Izquierda de los Trabajadores.
Más allá de las diferencias políticas y metodológicas que tenemos con la dirección de la Lit (su Congreso Mundial sería un marco propicio para debatirlas) pretendemos sumarnos lealmente a la única organización internacional, que con cierto peso, se plantea dar pelea contra el engaño frentepopulista, impulsando "todas las movilizaciones de la clase obrera, especialmente las que choquen directamente contra esos gobiernos."
Nos sumamos a quienes trazaron una raya con Chávez, Castro y todos sus aliados, como los grupos de izquierda que proviniendo de nuestra corriente, le han capitulado al chavismo: (el MES de Brasil, el MST de Argentina, el sector del PRS que se fue al PSUV, etc.)", afirmando "que Chávez cumple un rol progresivo porque" -supuestamente- " enfrenta al imperialismo."
Combatir al frentepopulismo es una necesidad, no sólo por el papel que ya está cumpliendo, desmovilizando y desviando el accionar de las masas, sino porque cuando se profundice el ascenso obrero y popular, surgirán nuevos y más sofisticados engaños por "izquierda" a los cuales será necesario combatir.
Desde nuestra humilde elaboración política veníamos proponiendo un curso similar. Por eso, en el documento político votado en la reunión del Comité Central (ampliado) de 2006 planteábamos:
"Los trotskistas principistas debemos criticar las limitaciones y denunciar la trampa que significa confiar en un dirigente militar nacionalista burgués como Chávez y llamar a luchar contra sus políticas de ajuste, entendiendo que el populismo que esgrime Chávez es el principal escollo para que los trabajadores y el pueblo alcancen la independencia política, única manera de pelear por la verdaderaliberación nacional y social."
"La delimitación con el gobierno chavista implica también un llamado a luchar contra todos los gobiernos de la región, los cuales, con matices de diferencia y contradicciones entre sí, llegaron al poder mediante esta política de engaño y falso "izquierdismo". Estos son gobiernos de transición que la burguesía acepta a regañadientes mientras prepara, debilitada por el ascenso, la oportunidad de pasar nuevamente a la ofensiva."
"Chávez, Kirchner o Evo Morales agitan, de vez en cuando, consignas impactantes, que no son antiimperialistas, sino anti Bush, ya que en el fondo lo que hacen es jugar las cartas a favor de sus jefes políticos, los dirigentes del Partido Demócrata Yanqui y la Socialdemocracia Europea
La principal tarea del movimiento obrero latinoamericano debe ser enfrentar a estos gobiernos y sus planes de hambre, miseria y explotación."
Enfrentar la "Socialdemocratización" del Trotskismo
El Trotskismo, que está llamado históricamente a llenarlo, aun no ha podido lograrlo porque vive -también- una crisis muy aguda, crisis que se centra, fundamentalmente, en el giro revisionista que dieron sus principales organizaciones, para tratar de ocupar el lugar de la social democracia y el stalinismo en lugar de reemplazarlos.
Este giro revisionista, que denominamos social democratización del Trotskismo, provocó, que por primera vez en la historia del movimiento, secciones enteras se hayan incorporado a gobiernos burgueses (DS en Brasil, por ejemplo) incluso a gobiernos imperialistas (como grupos trotskistas del PRC Italiano que entraron al gobierno de coalición de Prodi)
El CMI (El Militante), que es una organización importante del trotskismo a nivel mundial (la misma que llamó durante la guerra de Malvinas a apoyar la "lucha por la autodeterminación de los kelpers") intensificó su "entrismo"- en partidos burgueses, como el de Chávez en Venezuela, el Partido Popular de Pakistán o el PRD Mexicano.
La socialdemocratización del trotskismo se está generalizando, y es en la Argentina uno de los lugares en donde más se ha profundizado. No es casual que el MST haya volcado su aparato al servicio de la construcción de una fuerte "pata izquierda" de Chávez, a través de sus aliados venezolanos, organizados en la "Marea Clasista y Socialista".
La Lit, que tuvo el mérito de convocar a luchar contra el frentepopulismo, debe impulsar la construcción de una poderosa organización, que sepa nutrirse de todos los elementos "resistentes" a ese proceso lamentable de socialdemocratización que cruza al conjunto del trotskismo latinoamericano, utilizando para eso, el método del frente revolucionario que proponía Nahuel Moreno:
"El frente [único] revolucionario es la unidad con todos aquellos que plantean la revolución contra el régimen capitalista. ¿Por qué somos pesimistas sobre que nosotros solos lo hagamos? Porque ni siquiera la Revolución de Octubre fue hecha por el Partido Bolchevique solo. Esto es bueno que lo digamos, porque pocos lo recuerdan."
"Primero se unieron al Interbarrial de San Petersburgo, donde estaba Trotsky y que tenía varios miles de los mejores activistas obreros de la Capital y que después fue de lo mejor del Partido Bolchevique. Hubo una unidad entre febrero y octubre. Entraron al Partido Bolchevique, [de la misma manera en que] pudieron haberse unido; no fue sólo el Partido Bolchevique. Pero para tomar el poder se unieron a los Socialistas Revolucionarios de Izquierda." (Citas del debate de N. Moreno en el Congreso de la Lit de 1985)
La Lit tiene que pararse audazmente en el centro de la lucha de la clases, utilizando el programa y los métodos del trotskismo para jugarse a empalmar con las rupturas progresivas que se están produciendo -y seguirán sucediendo- dentro del movimiento trotskista y del movimiento revolucionario en general, ya que debido al giro a la derecha de las direcciones, se producirán cimbronazos que favorecerán la aparición de los elementos "resistentes" a ese giro reaccionario.
La mejor manera de promover y aprovechar esas rupturas es, como recomendaba Nahuel Moreno, utilizando el método del Frente Único Revolucionario, una política que cobrará importancia en la medida en que la lucha de clases se radicalice.
Estamos convencidos que ya existen las condiciones materiales sobre las cuales se están gestando esas tendencias opuestas a la derechización del movimiento:
En primer lugar, porque perdura aún el bagaje político y teórico acumulado durante muchos años de existencia y elaboración; y en segundo, porque las características del nuevo ascenso proletario y la Revolución Política en curso favorecen la construcción del trotskismo más "ortodoxo".
En esta Hora del Trotskismo deben de existir centenares, quizás miles, de trotskistas y revolucionarios que están recurriendo a los viejos textos de nuestros maestros para tratar de ubicarse a la altura de las circunstancias. Compañeros, que organizados o no, buscarán un punto de referencia internacional alrededor del cual construirse.
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El pase definitivo de la Socialdemocracia al orden burgués imperialista, y la transformación de la mayoría de sus partidos de partidos obrero-burgueses a partidos burgueses, y la caída de la loza burocrática del estalinismo mundial significaron la apertura de un vacío de dirección, que debe ser aprovechado por la Lit (CI).Subscrever Pravda Telegram channel, Facebook, Twitter