O escritor brasileiro abandonou poucas vezes seu refugio com uma avultada biblioteca, mas um dia acontece que conheceu Sudão e os diversos povos bantus e partindo de Cartume, percorreu 40.000 quilómetros!
El escritor brasileño abandonò pocas veces su refugio de patios con hamacas y con una abultada biblioteca; pero un dìa se le ocurriò conocer Sudán y los diversos pueblos bantúes y, partiendo de la céntrica Jartum...¡recorriò 40.000 kilòmetros!
Por: Joselia Campos
El escritor brasileño abandonò pocas veces su refugio de patios con hamacas y con una abultada biblioteca; pero un dìa se le ocurriò conocer Sudán y los diversos pueblos bantúes y, partiendo de la céntrica Jartum...¡recorriò 40.000 kilòmetros!
Natal, Rìo Grande do Norte, Brasil (INPA) Luis de Cámara Cascudo está considerado como uno de los escritores brasileños famosos más "desconocidos" en Latinoamérica, donde sÍ son citadoS constantemente Jorge Amado, Joaquín María Machado de Asís, Raquel de Queiros, Bernardo Silva Guimaráes, Alfonso Henrique Lima Barreto, Clarice Lispector y Julio Afrio Peixoto.
A los 26 años, Cámara Cascudo publicó aquí, en 1924, su primer libro - "librito local", lo llamó-, titulado Joio. Tras este debut (apenas advertido), siguió con Jangada, Anubis, Cuentos tradicionales del Brasil, Geografía de los mitos brasileños, Meleagro, Antología de los cuentos brasileños, Diccionario del floklore brasileño, Red de dormir, Cosas que el pueblo dice, Supersticiones y costumbres, Geografía del Brasil holandés, etc.
Joio contenìa crónicas publicadas en el diario A Imprensa, de esta capital provincial, que era propiedad de su padre, el coronel Francisco Cascudo. Tenía buenos espacios dedicados a sus colegas sureños Horacio Quiroga (Anaconda); Arturo Capdevila (Los incas); Hugo Wast (Flor de durazno); Eduardo Gutiérrez (Santos Vega), Ricardo Gutiérrez (La fibra salvaje).
Veamos que decìa sobre Quiroga este hombre de letras brasileño, al que atacó la sordera desde joven, algo que lo hizo abandonar su profesorado de música a través del piano:
"...Narrador de terrores, Rudyard Kipling y Guy de Maupassant le enseñaron el camino sinuoso y diáfano de producir asombro con naturalidad. Su técnica se simplifica hasta lo trasparente. No hay una nota que pretenda realzar el tono. Cada cuento está dibujado con carbón. Trazos enérgicos marcan rostros macerados por la lucha de la vida. A veces surge el bosque, la selva, una planicie. Su talento descriptivo es asombroso por su nitidez y oportunidad...".
En cuanto a "Santos Vega", un personaje fabuloso que, según la leyenda, fue un payador del siglo XIX al que sólo el diablo pudo vencerlo y que inspiró composiciones de Bartolomé Mitre, Hilario Ascasubi y Rafael Obligado, como asì de autores de música popular, señalò Cámara Cascudo:
"...Santos Vega es el símbolo de la poesía nativa de las sabanas. Presiente a su igual de hoy, transmutado por exigencia del tiempo y tan distinto de sì mismo como podría haber adivinado, con una mezcla de simpatía y fastidio un viejo soldado de las cargas olímpicas de Eylau y Marengo...".
Y añadió: "Vega es el tipo del cantor invencible, del hombre sin rival que jamás retrocede en la lucha; en el amor ni en el canto. Su imagen llenó de sonoridad vital, de ágil fuerza y de tenacidad heroica el escenario de las pampas infinitas. La epopeya de los cancioneros es un diagrama de la emoción colectiva. El Cid, Rolando, Tell, permanecieron en la historia con la fascinante imprecisión de las nebulosas. El pueblo es el que primero consagra, el más fuerte, el indefectible termómetro de la intensidad emotiva. Instala en el Reino del Cielo a santos que dejan estupefactos a los hagiógrafos.
INPA
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