Eva Laura Castilleja *
Santiago de Chile (INPA) En este mundo globalizado y superconectado, una no puedo sustraerse al regocijo interno y externo, de que una mujer haya ganado las elecciones para la presidencia de la Nación en este largo y angosto hermano país andino y latinoamerindio, al que me une un gran sentimiento familiar y una admiración por su lucha y superación en sus ciudadanos, así como por la amabilidad como anfitriones cada vez que vengo de visita, desde Tampico, Tamaulipas. Esa mujer es la doctora Michelle Bachelet, quien aventajó al candidato derechista, Sebastián Piñera, no obstante que el resultado es copia fiel de las predicciones de las encuestas de los últimos días en Chile, la sorpresa para muchos es mayúscula de igual forma. Una profesional del área de la salud con una corta pero brillante carrera política, pero lo más importante: responsable en el servicio público y comprometida con su gente. Para un país extremadamente conservador como Chile, el que haya sido electa una candidata mujer, socialista, médica, hija de militar, agnóstica, con vínculos matrimoniales no religiosos, con hijos provenientes de dos hombres diferentes, es todo un suceso indicativo de que las mentalidades y creencias están cambiando en este siglo XXI, podríamos decir que el pensamiento se está abriendo, universalizando, y revalorando otros aspectos que anteriormente eran estigmatizados, censurados y condenados, hoy vemos que han pasado a términos menos considerados para una elección de esta naturaleza. Si nos remontamos a sólo 15 años de la historia republicana de este país frente al Océano Pacífico, en 1990, la derecha presentó como candidato a la presidencia de la naciòn a Hernán Buchi, un hombre de gran prestigio, que por esos años era soltero. Pues bien, Buchi tuvo que contraer matrimonio religioso para poder acceder al cargo de candidato. Y eso que iba para candidato. Por lo que el fenómeno Bachelet es curioso e interesante y gratamente sorprendente. Sin embargo, habrá que ver también su desempeño como presidente de una nación como la chilena, que entra en este siglo XXI en el mundo femenino a través de una mujer cuya trayectoria es muestra de que el espíritu de lucha y superación no es privativo de un género. La doctora Bachelet es respetada tanto por sus seguidores como por sus adversarios, por lo que no es raro que hayan salido a celebrar la gente de las comunas más tradicionales de Chile. Las mujeres chilenas votan desde 1949; y ese voto femenino era muy conservador, muy derechista; pero ahora mutó. Por lo que el fenómeno sociológico que mueve la doctora Bachelet es digno de estudio por las implicaciones que hoy en día mueven a que las mujeres entren en los cambios políticos y de gobierno para una nueva sociedad. ¿Qué se necesita en mi querido México, para mover a las mujeres a buscar también esa lucha de una mejor sociedad en nuestro país plural, heterogéneo y desigual? Definitivamente, creo que es la participación responsable y comprometida con nosotros mismos, como ciudadanos pertenecientes a una gran Nación.
INPA * La doctora mexicana Eva Laura Castilleja es psicóloga y escribe artículos especiales para INPA-INformaciones PAnamericanas(www.inpa.com.ar) durante sus viajes por el continente americano, el Caribe y Europa.
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