Hace unos días el fundador de la Fraternidad de Pastores de Londres me mandó un e-mail pidiéndome que le dijera exactamente cuántos países latinoamericanos hay. Esa misma pregunta me la han hecho desde mis antiguos alumnos en las clases de política latinoamericana de la London School of Economics hasta políticos de alto vuelo.
No hay una respuesta precisa pues América Latina es un término sumamente vago y artificial.
Se supone que América Latina incluye a todos los países que hablan una lengua latina (el español, el portugués, el francés o sus derivados criollos), aunque se excluye al Estado americano de mayor área (Canadá). Esto, pese a que ésta tiene la segunda población franco-parlante del mundo, que Canadá tuvo hasta el siglo XIX una población que hablaba el francés más que ninguna otra lengua y que el francés sigue siendo una de sus dos idiomas oficiales (aunque el predominante en Quebec, su principal región).
En este concepto también se excluye a los 50 millones de hispanos de Norteamérica (que son la segunda población de habla castellana del planeta) y a los más de 8 millones de francófonos de dicho subcontinente (que representan al 60% de los hablantes nativos del francés fuera de Francia).
Restringir el término de América Latina solo a los países de lengua latina al sur de los EEUU también corre el riesgo de crear diferencias ficticias con otros países no latinos del Caribe o de las Guayanas, quienes conforman asociaciones de estados con otros países hispanos ya sea a nivel de la comunidad sudamericana, la centroamericana, la caribeña o la bolivariana.
Belice, a pesar de ser una ex colonia británica que se mantiene en la Commonwealth y tiene al idioma inglés como oficial (aunque no muchos lo usan a diario pues la mayoría de sus habitantes habla un inglés criollo y la mitad de ellos el castellano), pero es parte del sistema de integración centroamericano y de la hispanidad.
La pequeña isla de San Martin con apenas 30,000 habitantes está dividida. El norte es parte de Francia y el sur de Holanda, pero resulta inaudito decir que una parte de esta Antilla está en América Latina y la otra no.
El término es también problemático para referirse a muchas repúblicas americanas donde un amplio porcentaje o la mayoría de su población habla lenguas amerindias (como es el caso de las dos naciones mediterráneas del hemisferio: Bolivia y Paraguay), así como para Haití, donde el 99% de sus habitantes habla su lengua criolla nacional basada en gramática africana y léxico galo.
La alcaldía de Londres al celebrar por primera vez en su historia a la comunidad latinoamericana colocó un mapa representando a esa región donde se incluía a toda la plataforma continental sud y centro americana, incluyendo a Guyana y Surinam, Estados sudamericanos que no hablan ningún idioma latino.
La población de Aruba, Bonaire y Curazao habla papiamento (un derivado del español y portugués) pero a estas 3 islas del litoral occidental venezolano no siempre se les considera parte de América Latina, debido a que son posesiones holandesas. Algo similar pasa con las islas mayores al frente de la costa oriental venezolana (la de Trinidad y Tobago), pese a que su capital es Puerto España y a que fueron dependencias hispanas hasta el inicio del proceso de independencia andina.
3 de los 8 países que forman la ALBA no son considerados parte de América Latina, a despecho de sus vínculos con Venezuela y a que tienen un significativo número de hablantes de criollos franceses.
Otra paradoja es Saint Lucie. Esta, pese a tener un nombre en francés y a que sus habitantes hablan un francés criollo, es un país independiente latinoamericano pero marginado del resto. En el Reino Unido los nacionales de esa isla componen la tercera mayor inmigración latinoamericana allí, pero ni ellos ni ninguno de los cientos de miles de residentes latinoamericanos de Londres les considera como latinoamericanos.
De hecho los únicos idiomas que son netamente latinoamericanos (pues son lenguas latinas surgidas solo en las Américas) son los criollos del francés y el papiamento. Sin embargo, quienes hablan esos idiomas (la mayoría de Saint Lucie, Dominica y Haití y las Antillas holandesas y parte de Nueva Orleáns en EEUU y de otras Antillas) no suelen ser considerados latinoamericanos, característica que solo pareciera aplicarse a los países al sur de EEUU que solo hablan una lengua latina netamente europea o amerindia.
En el Reino Unido, el único país junto a Japón donde los brasileros conforman la mayor comunidad de inmigrantes latinoamericanos, los brasileros siempre crean sus propias instituciones, iglesias y medios de prensa en contraposición a los de los llamados latinoamericanos, pues cada vez más este concepto tiende a reducirse solo a los sud y centro americanos que hablan español.
Isaac Bigio
AG - Análisis Global
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