En 2009 se cumplen 190 años desde que el Libertador Simón Bolívar designara a Bogotá como capital de Colombia; y también 430 de la muerte de este español que la fundara, aunque no era su ambicioso objetivo en América: era...¡El Dorado!
Por: Ofelia Restrepo
Mariquita, Tolima, Colombia (INPA) Esta región no sólo produce café, caña de azúcar, arroz, maiz y trigo, sino que, además, desde hace centurias, se la conoce por sus yacimientos de oro, cobre y hierro, con el último agregado del "oro negro": el petróleo.
En la segunda mitad del siglo XVI, el conquistador español Gonzalo Jiménez de Quesada se convirtió por aquí en otra de las numerosas víctimas de la continua, frustrante y peligrosa búsqueda de El Dorado.
Este fabuloso país imaginado por los codiciosos europeos, estaría entre los ríos Orinoco y Magdalena, terrenos más que inhóspitos, incluso hoy, cuando las expediciones cuentan con mapas, camiones, helicópteros, satélites y otros equipos sofisticados para revisarlos y encontrar hasta la "Caja Negra" de un avión en la selva.
Jiménez de Quesada embarcó hacia Santa Marta en 1535; y, un año después, ya le dedicó tiempo, esfuerzo y salud a lo que se convertiría en una obsesión: descubrir aquella ciudad repleta de oro y pasar a ser el hombre más rico del mundo.
Pero el penoso recorrido hacia el sur, condujo a este hombre de leyes y escritor a otra empresa menos rentable, pero más histórica: la fundación, el 6 de agosto de 1538, de Santa Fe de Bogotá, llamada a ser la capital del virreinato del Reino de Nueva Granada, ubicada a 2.600 metros de altura.
Una versión del Archivo de Indias, en Sevilla, señala que Jiménez de Quesada, para bautizarla, tomó el nombre Batacá, palabra indígena que significaba "territorio del cercado de la frontera", ó "territorio del trabajo colectivo de Dios".
Pero, antes, los invasores españoles, con la protección de armaduras, pólvora y caballos, libraron sangrientas batallas con los chibchas, el pueblo indio que habitaba esos lugares en las altiplanicies de la Cordillera Oriental y que fabricaba joyas y figuras de cobre y oro.
Entre excursiones, disparos, conquistas, destrucciones, fundaciones y gobiernos, Jiménez de Quesada encontró tiempo y alguna comodidad para escribir varias obras, la más relevante fue Relación de la Conquista, gesta que le costó la vida en una zona que, vaya ironía, adquiriría fama por sus minas en la época colonial...¡pero que tampoco era El Dorado!
Fonte: INPA
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