Red del Capítulo Jurídico cubano en Defensa de la Humanidad
Ciudad de La Habana, 10 de octubre de 2006.
"Año de la Revolución Energética en Cuba"
DECLARACIÓN DEL CAPÍTULO JURÍDICO CUBANO EN DEFENSA DE LA HUMANIDAD
Los pueblos del tercer mundo hemos vivido días trascendentales, en tiempos promisorios. La capital de nuestra patria ha sido sede de la décimo cuarta cumbre mundial del Movimiento de Países no Alineados (MNOAL). Esta conferencia, como es sabido, reunió a ciento diecinueve países del llamado Tercer Mundo, es decir, más de la tercera parte de la humanidad, pero de modo más significativo, aquella parte de la población del planeta y aquel grupo de países donde se producen los recursos naturales indispensables para el voraz proceso industrial del mundo desarrollado; más de la tercera parte de la población más hambreada, marginada, sufrida y preterida en el excluyente mundo del capitalismo neoliberal y hegemónico de hoy.
El resultado de esta cita histórica es bien conocido: el Movimiento de No Alineados, bajo la presidencia ahora de Cuba por tres años, adquiere una revitalización indudable. No sólo se cohesiona en su funcionamiento, no sólo crea mecanismos que permitirán el fluir más dinámico de las consultas, acciones y decisiones, además de todo ello, el Movimiento ha esclarecido sus objetivos, sus estrategias y sus tácticas, en un contexto universal especialmente complejo, agresivo y peligroso; el Movimiento ha alcanzado concertaciones que prometen la mayor influencia, resonancia y determinación de sus integrantes en la arena internacional, especialmente en la hoy debilitada organización de las Naciones Unidas.
Cuál es el sentido y el alcance de la no alineación hoy, en un mundo dominado por la unipolaridad neoliberal, bajo el yugo de una potencia con pretensiones de ejercer una dictadura universal; bajo el poder casi absoluto de la más grande potencia económica, política y militar de la historia de la humanidad; en medio de objetivos pasos de aproximación a una política no sólo xenófoba, racista, discriminatoria, exploradora y violenta, sino ante una política cuyos perfiles fascistoides quedan cada día más claramente dibujados: esclarecer esos objetivos, esos nuevos contenidos de la no alineación ha sido, a nuestro juicio, la primera victoria de esta Cumbre del movimiento recién concluida en La Habana.
Actuar ahora como una fuerza vertebrada, orgánica y coherente; actuar apoyándose en mecanismos fluidos e institucionalizados; aumentar de ese modo la influencia y la presencia del Movimiento en la muy debilitada organización mundial de Naciones Unidas y con ello empeñar una lucha que podría ser decisiva por salvar a esa organización internacional del escarnio y la burla a que la han arrastrado los que pretenden convertirse en los nuevos amos del planeta.
Durante un tiempo la ONU fue necesaria para la construcción del poder, la hegemonía y hasta el liderazgo del Norte sobre el Sur, pero actualmente los Estados Unidos requieren otro tipo de asociación y compromiso internacional, no masivo, sino en el que los mecanismos democráticos estorban y en el cual no se impone un régimen de derechos, sino la fuerza, la imposición, la amenaza y la guerra.
Quienes necesitamos una ONU con verdaderos poderes, capaz de imponer la racionalidad y el orden jurídico internacional somos justamente los países miembros del Movimiento de los No Alineados, y los países del sur en general. Y ese es uno de los principales objetivos estratégicos del MNOAL renacido, robustecido, enriquecido y potenciado.
La gran potencia del norte, más fuerte que nunca después del derrumbe del campo socialista; en medio de una globalización neoliberal que pone los más altos recursos e hilos económicos y financieros en sus manos, ignora con soberbia los más elementales principios y normas del Derecho Internacional Público; ignora los instrumentos internacionales creados en décadas de esfuerzos y contradicciones; viola la Carta de las Naciones Unidas, inicia guerras sin el más mínimo recato de contar siquiera con el beneplácito del Consejo de Seguridad.
Nunca como hoy, el Derecho Internacional ha sido tan escarnecido.
Y el Movimiento de los países No Alineados levanta justamente el renacimiento del respeto internacional, de todas las naciones, a las normas y principios del Derecho Internacional Público.
Pero, en las actuales condiciones del mundo, nada podrían nuestros países si no nos unimos, si no nos integramos. Frente al mundo unipolar, estamos obligados a levantar el indoblegable movimiento de concertación e integración del Tercer Mundo.
El Movimiento de No Alineados ha asumido en su más profundo significado esa inexcusable e inaplazable responsabilidad de nuestros pueblos y los nuevos gobiernos y movimientos populares.
La intervención del representante de Cuba ante la ONU, en el 61 período de sesiones, hablado a nombre del Movimiento de No Alineados constituyó un llamado, un viraje y el prenuncio de una nueva era en la historia de nuestros pueblos y de la humanidad en general. El mismo tono, la nueva dimensión, la altura de las intervenciones y su naturaleza libertaria e insumisa revelan que todo ha cambiado. Por eso afirmamos de inicio que hemos vivido días trascendentales en tiempos promisorios.
En estos tiempos de amanecer parecen resonar con fuerza acrecida las afirmaciones de nuestro José Martí, cuado decía en su Ensayo Nuestra América que "!los árboles se han de poner en fila, para que no pase el gigante de las siete leguas! Es la hora del recuento y de la marcha unida, y hemos de andar en cuadro apretado, como la plata en las raíces de los Andes." El Libertador Simón Bolívar parece desenvainar nuevamente su espada incansable y volver a conducir a las huestes de los oprimidos en sus marchas gloriosas hacia la libertad. La pléyade de los próceres, mártires y combatientes de nuestro Tercer Mundo, como si estuvieran nuevamente iluminados por el pensamiento del más universal de los revolucionarios de nuestros tiempos, nuestro apóstol José Martí, parecen indicar el camino de la lucha y la victoria.
Ni Martí ni Bolívar son un referente histórico, ni hombres de pensamiento o acción del siglo XIX. La obra de ambos se levanta ahora con fuerza, fulgor y proyección más alta que nunca para iluminar los caminos de la contemporaneidad, de la revolución indetenible en este siglo XXI.
Los juristas cubanos, integrados al Capítulo Jurídico Cubano en Defensa de la Humanidad , llenos de fervor revolucionario, hemos querido dirigirnos a todos nuestros pueblos para exaltar la lucha singular de este minuto y significar que debemos uniros en ese batallar; por la fuerza y desarrollo del MNOAL, por la genuina batalla contra el terrorismo, que supone bregar por la libertad inmediata de nuestros cinco compatriotas luchadores antiterroristas, presos en cárceles de Estados Unidos, supone la denuncia del bloqueo absurdo y derrotado que Estados Unidos ha sostenido contra Cuba por casi medio siglo y que próximamente será batido una vez más en la ONU; es la batalla incansable por los verdaderos Derechos Humanos, sin politizaciones ni dobles raseros; es el combate incansable por la democratización de las Naciones Unidas, especialmente su obsoleto Consejo de Seguridad; es en fin, el avance hacia la integración en el ALCA, el MERCOSUR y otros genuinos y no corrompidos movimientos integracionistas.
Por esas luchas, por esos ideales, por esos combates que marcan el signo de los nuevos tiempos, invitamos a todos a mantenernos en combate y reforzar nuestra unidad.
CAPÍTULO JURÍDICO CUBANO EN DEFENSA DE LA HUMANIDAD.
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