Con las recientes llegadas de Michelle Bachelet a la presidencia de Chile y de Cristina Fernández a la de la Argentina, se repasan los derroteros, en los siglos XIX y XX de otras figuras femeninas que ascendieron y se cubrieron de gloria; pero que también registraron algunas decadencias y caídas que hasta hoy duelen...¡o que se recuerdan con malicia o admiración!
Por: Raúl Riutor
Triple Frontera, Argentina-Chile-Perú (INPA) Muy pronto, en este rincón del continente, habrá recordaciones para varias mujeres que ingresaron solas - o siguiendo a un hombre-, a la historia americana, cuyos vericuetos no cesan de intrigar.
La poeta chilena Gabriela Mistral, nació en Vicuña, Coquimbo, el 7 de abril de 1889. Ella ganó el Premio Nobel de Literatura en 1945. Sus temas predilectos fueron la maternidad, el amor y la muerte. No tuvo hijos; pero crió a su sobrino "Yinyin", que se suicidó a los 17 años.
También nació un 7 de abril, la fundadora de la revista argentina Sur, Victoria Ocampo, que murió el 27 de enero de 1979. La destruyó un cáncer en la boca.
Otro cáncer liquidó a María Eva Duarte de Perón, a los 33 años. Había nacido en 1919; y, desde que se convirtió en Primera Dama Argentina, se la reconoció sólo como "Evita".
En 2008, se cumplieron 180 años de la hazaña de la patriota quiteña Manuela Sáenz, quien en Colombia le salvó la vida a Simón Bolívar. Y se cumplieron 150 años de su amarga muerte en Paita, Piura, en la tierra peruana, por donde cabalgó y luchó el Libertador que ella amaba.
En Bolivia (creada por Bolívar en 1825), nació, cuando aún se llamaba Alto Perú, la valiente Juana Azurduy, una de las heroínas de la independencia de la América del Sur, luego de numerosas batallas contra los españoles. Juana llegó a ser capitán. Convertida en madre y abuela, vivió en la pobreza hasta los 81 años.
Otro aniversario próximo, pero con ángulos discutibles, será el de Micaela Villegas, la joven criolla peruana que nació en 1739 y murió en 1819, a los 70 años. En el Perú se la conoce como "La Perricholi" (o "Perrachola). Era actriz; y fue notorio que se convirtió en la amante del anciano virrey M. de Amat y Junient. Algunos defienden su accionar, alegando que fue usada como espía.
Y hay otros nombres que ascendieron, como los de la poeta Alfonsina Storni, de Argentina, y Juana de Ibarbourou, de Uruguay; o que se derrumbaron, como los de las presidentas Lidia Gueiler (Bolivia) y María Estela Martínez de Perón (Argentina), llamada "Isabelita". Storni se suicidó en Mar del Plata, provincia de Buenos Aires, donde hoy se exhibe un monumento frente a las aguas del Océano Atlántico que la devoró.
En las postrimerías de la primera década del siglo XXI, se ven pasar por Sudamérica nuevos rostros femeninos por las cimas políticas, literarias, artísticas, científicas y deportivas.
Como ayer, seguramente hoy también está en funcionamiento el insobornable cedazo de la historia frente a otros ascensos femeninos: los de las presidentas Cristina Fernández, en Argentina y Michelle Bachelet, en Chile.
¿Qué se escribirá sobre ellas cuando desaparezcan del escenario regional y mundial? (INPA)
Subscrever Pravda Telegram channel, Facebook, Twitter