Presidentes latinoamericanos suicidas ¿Cobardes o valientes?
Valparaíso, Chile (INPA) En 2008, al cumplirse el centenario del nacimiento aquí de Salvador Allende - que según los militares que los derrocaron en 1973, se suicidó-, también se recuerda el aniversario número 170 de otro presidente histórico, José Manuel Balmaceda, que puso fin a su vida a los 53 años.
Por: Raúl Riutor
Valparaíso, Chile (INPA) En 2008, al cumplirse el centenario del nacimiento aquí de Salvador Allende - que según los militares que los derrocaron en 1973, se suicidó-, también se recuerda el aniversario número 170 de otro presidente histórico, José Manuel Balmaceda, que puso fin a su vida a los 53 años.
En el vecino Perú, hace 130 años, el presidente Manuel Pardo (que fomentó la instrucción pública y decretó el impuesto al salitre, también habría tomado aquella decisión, aunque se especula que "lo suicidaron".
Getulio Vargas fue presidente de Brasil dos veces: de 1930 a 1945 y 1951 a 1954. Ese año, tras gobernar en forma dictatorial, se suicidó, acosado por los militares y la oligarquía.
A Osvaldo Dorticós Torrado, a quien entrevisté en La Habana en 1974, le tocó contener la fuerte e impredecible personalidad de Fidel Castro, entre 1959 y 1976. Siete años después, se suicidó. Los cubanos aún se preguntan qué agobiaba al abogado nacido en Cienfuegos en 1919.
Claro que en Latinoamérica también se conocieron mandatarios que no se rindieron fácilmente, como fue el caso de Arturo Frondizi, de quien también se cumple este año el centenario de su nacimiento en Paso de los Libres, Corrientes, Argentina. Hace 50 años, este jurista fue elegido presidente. Pero, en 1962, los militares lo destituyeron y pusieron a José María Guido en la Casa Rosada y a Frondizi preso en la Isla Martín García. De allá lanzó la proclama: "¡No renunciaré, ni me suicidaré!". Falleció en Buenos Aires, en 1995.
En la República Dominicana no ocurrió lo mismo. Ahí, hace treinta años, asumió la presidencia Antonio Guzmán Fernández; pero se suicidó poco antes de finalizar su mandato. Lo sucedió, en 1982, Salvador Jorge Blanco, del Partido Revolucionario Dominicano, que fundara, en 1939, el escritor Juan Bosch.
Bosch duró ocho meses como presidente (1962-1963); pero no se suicidó. Y, con el Golpe de Estado, los militares le dejaron tiempo para publicar varias novelas y su ensayo político "De Cristobal Colón a Fidel Castro". (INPA)
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