Impunity: «A partir de hoy hablar trae consecuencias, pero callar también»
Impunity, de Hollman Morris y Juan José Lozano
Esta frase se escuchó pasada la mitad del documental Impunity, estrenado en Colombia el pasado 20 de junio. La acompañaban crudas imágenes de personas degolladas y descuartizadas a cuyo lado estaban sus verdugos. Antes y después, las escenas repetían la ironía de los responsables de masacres, en medio del llanto de las víctimas, derroteros de la impunidad. Un documental que mostró en síntesis la historia de varias de las masacres provocadas por las estructuras paramilitares Autodofensas Unidas de Colombia (AUC) en todo el territorio colombiano durante los últimos 20 años.
A la entrada del Teatro México, situado en una calle céntrica de Bogotá, muchos espectadores estaban asombrados del numeroso público que se aglomeraba para ver la función. Ya se había estrenado en el mes de noviembre de 2010 en Amsterdam (Holanda) y presentado en festivales internacionales como el de Derechos Humanos de Ginebra (Suiza), el Festival de La Haya (Holanda) y el Festival de Cine Latinoamericano de Toulouse (Francia). De alguna manera se conocía, pero era evidente la expectativa que despertaba. Más de mil personas esperaron impacientes en largas filas con el ánimo de ser las primeras en pisar el auditorio y tomar los mejores puestos. Después de cerrado el teatro, rápidamente comenzó la función con las palabras de presentación del director de cine Lisandro Duque y de los dos directores del documental: Hollman Morris y Juan José Lozano.
Hollman Morris y Juan José Lozano presentan el documental.
Impunity mantuvo vigilantes durante más de un año a algunos colombianos y colombianas que deseaban ver la producción desde cuando se supo de su existencia. Por eso, Ana Sofía Restrepo, joven estudiante de 19 años, expresó su preocupación al ver que después de 20 minutos aún no permitían la entrada: «Estoy muy emocionada, vi el tráiler y se ve muy bacano; estas vainas no las va a poder ver una en ningún otro lado. Usted sabe que los medios oficiales no dicen nada de esto».
Impunity en castellano significa impunidad, refleja las consecuencias de la injusticia y el conflicto social que diferentes actores han querido resolver por medio de las armas; decenios de guerras intestinas trabadas entre grupos armados del país. Al inicio del filme, una mujer -al parecer familiar de una víctima de las masacres- desgarrada en llanto frente a la cámara que la graba dice con indignación: «No es a una sola persona a la que matan, es a toda la familia». Después, el documental lleva al público a un viaje que parece interminable, con un paneo aéreo por las selvas tupidas del territorio colombiano, mientras una voz en off contundente resume lo que se verá en seguida: «En esta selva no hay Estado, aquí hay guerra. ¿Cuántos son los muertos, cuántos los desaparecidos?».
De inmediato, una escena en la que un miembro de las AUC amenaza públicamente con el destierro o la muerte a los habitantes del municipio de Puerto Lleras (departamento del Meta), en el oriente del país. A la población se le conminaba: o estaba con ellos o en contra de ellos; no había otra opción.
Luego se ve al ex presidente Álvaro Uribe Vélez y al reconocido paramilitar Salvatore Mancuso, como para recordar los momentos iniciales de la Ley de Justicia y Paz -la ley que posibilitó la supuesta desmovilización de las estructuras paramilitares-, y la audiencia de Mancuso ante el Congreso de la República en la que justifica las acciones de las AUC. De ahí en adelante, otras audiencias judiciales de versión libre de varios de los ex comandantes paramilitares mezcladas con las voces de algunas víctimas y el recorrido por algunos lugares en los que ocurrieron las masacres o donde ocultaron a las víctimas.
Hernán Giraldo, Ever Mendoza, Uber Bánquez, Jorge Laverde y Rodrigo Tovar fueron los comandantes paramilitares que hablaron de sus atrocidades ante los familiares de las victimas, también víctimas. El documental pone en escena que esas palabras querían dejar en la mente de quienes las escuchaban que sus actos sólo fueron una simple consecuencia de la guerra. Con impresionante espontaneidad y tranquilidad indicaban la manera en que torturaban, asesinaban y luego metían a sus víctimas en «enormes cementerios clandestinos». Hablaron de igual manera acerca de cómo junto a ellos participaron empresarios, políticos y, en especial, las Fuerzas Armadas que ordenaban desde sus mandos en las regiones sacar a los asesinados del sitio de los hechos y enterrarlos en fosas comunes porque era inconveniente para ellos: estadísticamente, tener tantos muertos en la región donde se opera es perjudicial para los censos sobre seguridad.
A través del documental se vio que mientras cometían las masacres y aparecían los culpables, estos desaparecían de un momento a otro como por arte de magia extraditados a Estados Unidos por motivos distintos a las masacres mismas y a la confección de fosas comunes. De esta manera, se llevaban cada uno de ellos el silencio sobre el resto de responsables de estas atrocidades. El filme aclara que todo fue posible en el marco de la Ley de Justicia y Paz, aplaudida por los amantes de las cifras como el ex vicepresidente Francisco Santos que declaraba que era una muy buena ley de justicia comparada con la de muchos países, pero lamentada por todas aquellas personas que difícilmente sabrán la verdad de lo sucedido.
Ese momento de impunidad quedó marcado en la historia de la población colombiana cuando el 5 de marzo del año 2009 fue extraditado Ever Mendoza, alias 'HH'. Mendoza fue de los pocos que señaló que empresarios, políticos, miembros de la Iglesia y terratenientes promovían estas masacres para su propio beneficio y que las avalaban desde las regiones en las que se encontraban o se encuentran.
Al final del evento, tras los aplausos llegó el asombro y el silencio de los espectadores de este conflicto.
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