Ponta Grossa, Paraná, Brasil (INPA) Los millones de seres humanos que viven, a veces en forma miserable, en estas regiones, generalmente olvidan que, bajo sus pies, hay fabulosas riquezas en forma del nuevo "oro azul" - agua -, que en un futuro cercano tendría igual o más importancia y valor que el antiguo "oro negro" - petróleo-, que se agotará en menos de 50 años, tras originar contaminación, "mafias", crímenes y hasta guerras. Nos referimos al enorme y cada vez más y mejor estudiado "Acuífero Guaraní", considerado como una de las grandes reservas subterráneas del planeta y que pertenece (por ahora) a cuatro países sudamericanos. Los agrimensores, técnicos y funcionarios especializados nos dicen que este tesoro escondido mide, aproximadamente, 1.200.000 kms.2, correspondiéndole a nuestro país el 70%, a la Argentina el 20% y el resto a Paraguay y Uruguay, es decir, los cuatro fundadores del MERCOSUR. Este dulce océano bajo tierra se extiende desde el puerto de Rosario, la ciudad argentina de la provincia de Santa Fe, frente al río Paraná, al sur, hasta Cuiabá (Mato Grosso) y Goiania (Goias), casi arañando Brasilia, la nueva capital en medio de la selva. Y, por los costados, desde Asunción, la capital paraguaya, hasta Curitiba (Paraná) y San Pablo, esto es, ya en las orillas del Atlántico. Ahora bien, ¿por qué, cada día más, las grandes potencias - continentales y allende los mares -, se abocan a desentrañar los misterios de este gigantesco depósito de agua, que actualmente abastece a un medio millar de ciudades? Para empezar, puede recordarse que no llega al 3% de toda el agua del mundo el líquido que es potable. Y que superan los 1.500 millones las personas que no tienen acceso a este esencial elemento. Asimismo, la ONU calcula que, para 2026, la demanda se incrementará en casi 60%. Y los probables procesos de desalinización aún son caros y complejos, especialmente, para el Tercer Mundo, que incluye a la mayoría de Africa, uno de los lugares donde el agua para beber, en muchos pueblos, está a varios kilómetros de distancia. Hay varios temas en danza alrededor del "Acuífero Guaraní", que excede en tamaño a Portugal, España y Francia juntas, y que está en un continente que posee alrededor de la mitad de las reservas de agua de la tierra, pero sólo el 12% de la población mundial. Los primeros, y quizás más acuciantes son si, finalmente, el agua es un bien público, un derecho humano, un Patrimonio de la Humanidad o, sencillamente, un negocio. Seguramente, en marzo próximo, en México (DF), durante las sesiones del "Cuarto Foro Mundial del Agua", el "Acuífero Guaraní", otras reservas y nuevas ideas, se revisarán para que este recurso, ya escaso en el Primer Mundo (Estados Unidos, Europa), no se convierta en motivo de invasiones, conquistas de territorios, ocupaciones y guerras, como ocurrió con el petróleo.
María Socorro INPA
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