Por: Raúl H. Riutor
A fines de 1975, en tiempos del presidente Gerald Ford, la Casa Blanca manifestó su disposición para "reducir nuestras diferencias con Cuba"; pero a la vuelta del siglo", eso no ocurrió, y muchas señales indican que ahora, en la época imperial de George W. Bush, se espera la desaparición del comandante Fidel Castro, antes de tomar "decisiones históricas", como en otros lugares del mundo.
Washington DC (INPA) "El presidente ha indicado que no ve ninguna virtud en un permanente antagonismo entre nosotros y Cuba. Nosotros estamos preparados para discutir con Cuba un mejoramiento de nuestras relaciones, pero sólo sobre una base de reciprocidad".
Por supuesto, estas no son palabras del actual presidente estadounidense George W. Bush, sino de su antecesor en la Casa Blanca, y del Partido Republicano, como él, Gerald Ford, quien, el 28 de noviembre de 1975, me devolvió un cuestionario relacionado con la política de los Estados Unidos hacia Latinoamérica que, además, incluyó conceptos sobre México, Panamá, Venezuela, la OPEP, la OEA, etc.
Las declaraciones exclusivas de Ford, que en 1974 había sucedido al renunciante (el primero y único en Estados Unidos) Richard Nixon, me llegaron en un sobre de la Casa Blanca a mi oficina número 953, del National Press Building, con dos estampillas: una de tres centavos, dedicada al historiador Francis Parkman y la otra de 16, recordatoria del periodista Ernie Pyle. Junto a ellas, vino una carta de su Secretario de Prensa, Ron Nessen, que firmó con tinta azul.
A la pregunta de si los Estados Unidos reducirían sus importaciones de petróleo venezolano, luego de la nacionalización de la industria en ese país, Ford respondió:
"Las importaciones de petróleo y otros productos a Estados Unidos están determinados en el mercado sobre la base de la competencia entre los abastecedores y los compradores. No prevemos circunstancias que conducirán a una reducción de las compras estadounidenses..."
Consultado sobre sus mayores logros en Latinoamérica, Ford dijo:
"El presidente y el Secretario de Estado (Henry Kissinger) iniciaron conversaciones con los líderes de Latinomérica aquí y en sus países. Hicimos significativos avances al eliminar antiguos problemas; negociando acuerdos sobre disputas de inversiones con el Perú y el problema de salinidad con México, reduciendo nuestras diferencias con Cuba y continuando de buena fe un acuerdo con Panamá sobre el Canal..."
Y añadió: "Mientras Latinoamérica continúa su impresionante crecimiento económico y toma su lugar entre los países más desarrollados del mundo, los temas que afectan nuestras relaciones serán cada vez más complejos..."
¿ Cuánto hay de cierto hoy de todo ésto?
"Excelsior", de México, publicó la entrevista en primera página, el 3 de diciembre de 1975, bajo el título: "Ford: Dispuesto a Mejorar las Relaciones con Cuba". Arriba, colocó una foto del presidente con el líder chino Mao Tse-Tung en Pekín, con quien se había reunido el día anterior, durante dos horas.
"El Nacional", de Caracas, lo hizo el 7 de diciembre, en la página A-6 y, en la A-22, lo mostró a Ford en Manila, al lado de su colega filipino Ferdinand Marcos, con quien, la víspera, había tratado el espinoso asunto de las bases militares en el país de las 7.200 islas.
"La Opinión", de Buenos Aires, tituló el 3 de diciembre: "La relación con América Latina ha exaltado Ford".
Una sorpresa fue un sobre expreso que envió la United States Information Agency con un "Request for Permission for Republication", firmado por la señora Frances G Robinson. El permiso de re-publicación fue concedido por las agencias Reuter (desde Londres) y LATIN (desde Buenos Aires). Así, por ejemplo, el 6 de diciembre, la entrevista apareció en "Al Cierre", el Diario Nacional de Oposición en Caracas, en su número 371.
El Servicio Informativo de la Division de Prensa de la OEA, publicó el texto íntegro junto a los detalles de una reunión de Kissinger con todos los embajadores latinoamericanos en el Departamento de Estado, la que se repetía, año tras año, pero aquí se adjuntó un asunto recurrente que, como el de Cuba al principio, aún no tuvo desenlace.
Un despacho de La Paz, de AP, señalaba:
"El comandante de la Fuerza Área, general Oscar Adriazola, declaró que la solución de la mediterraneidad boliviana se vislumbra a corto plazo. "Bolivia está en la recta final para alcanzar el derecho que clama por un acceso libre y soberano al mar", dijo durante una ceremonia militar encabezada por el presidente Hugo Bánzer".
Todos estos protagonistas - Ford, Kissinger, Adriazola, Bánzer y más lejos Mao y Marcos-, ya no están en el escenario, pero sí Bush y Castro para concluir---¿lo harán ellos u otros?--- el añejo enfrentamiento Cuba-Estados Unidos.
Y acaban de aparecer en el continente Evo Morales, el primer presidente indígena de Bolivia, y Michelle Bachelet, la primera mujer que llega a la presidencia en Chile, y pronto habrá renovación presidencial en el Perú. Esos tres mandatarios tienen una "carpeta caliente" que abrir: la que contiene el problema que se remonta a la Guerra del Pacífico en 1879, con la que Bolivia quedó encerrada hasta hoy.
Y Castro, que en 2007 cumplirá 80 años y lleva 47 en el poder, fue acorralado, hasta ahora sin éxito, por Dwight Eisenhower, John F. Kennedy, Lyndon B. Johnson, Richard M.Nixon, Gerald Ford, Jimmy Carter, Ronald Reagan, George Bush, Bill Clinton y Gorge W. Bush.
Y el acercamiento, pronosticado por Ford hace 30 años, no se cumplió
INPA
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