Argentina: el triunfo de Macri presionará a Latinoamérica hacia la derecha
En la vuelta final de las presidenciales argentinas de ayer se impuso por menos de dos puntos de diferencia el jefe del gobierno de la ciudad de Buenos Aires Mauricio Macri. Él ganó por 51.4% contra 48.6% al oficialista Daniel Scioli.
De todos los gobiernos nacionalistas que han venido sucediéndose en el poder en Latinoamérica en este milenio el kirchnerismo ha sido el primero en haber perdido una elección general.
Macri es un nuevo fenómeno político. Desde hace siete décadas solo se han alternado constitucionalmente en la Casa Rosada representantes de dos partidos: el peronista y el radical. Macri nunca ha militado en ninguno de esos dos movimientos.
A diferencia del peronismo y del radicalismo que llegaron a tener inicialmente cierto sesgo 'izquierdista' o contestatario, Macri siempre ha sido un militante de la derecha, además de ser un millonario.
Él, sin embargo, no expresa a una derecha 'dura', sino una 'moderna'. Macri se ha hecho popular presidiendo el club Boca Juniors y siendo un buen gerente de la capital. Él ha sido capaz de concitar el apoyo del grueso de la centroizquierda argentina habiendo logrado incorporar en su frente Cambiemos a Elisa Carrió, quien fuera antes la candidata de la oposición 'progresista' contra Cristina Kirchner. Él, igualmente, dice que defenderá varias de las medidas sociales y nacionalistas de los Kirchner.
Macri ganó ajustadamente y es de esperarse un nuevo ajuste económico. Scioli casi logró evitar la derrota del kirchnerismo apelando al voto de los sindicatos contra nuevas medidas neo-liberales, aunque su programa era muy similar al de su contrincante.
El triunfo de Macri ha sido saludado por la bolsa e implicará un gradual giro en las negociaciones sobre las Malvinas (donde Argentina se tornará más dialogantes con Reino Unido) y también hacia EEUU (donde Buenos Aires se inclinará más hacia Washington).
La estrategia macrista expresa al auge de una nueva centroderecha renovadora como la de Ciudadanos en España o la venezolana, la cual querrá aprovechar este triunfo para derrotar al presidente Nicolás Maduro en las legislativas de diciembre. Tanto el chavismo como el PT brasilero confrontan el crecimiento de una derecha que reclama aventajarle en los sondeos y buscar volver al poder.
Sin embargo, Macri no va a tener una agenda fácil. El kirchnerismo es mayoría absoluta en el senado y la primera mayoría en diputados. El radicalismo, si bien se redujo a menos del 5% en las elecciones de agosto, es la fuerza que tiene la mayoría de los parlamentarios y las gobernaciones dentro del frente Cambiemos de Macri. De las 24 gobernaciones la mitad (12) están en manos del kirchnerismo, otras 4 en las de otras fracciones peronistas, 3 son radicales, 3 son de otras fuerzas y solo 2 son del PRO.
La gran mayoría de los sindicatos llamó a votar contra Macri, quien no contará con la ventaja que tiene el peronismo de poder negociar con éstos el paso de medidas de recortes. Es más, el kirchnerismo va a querer tramontar su derrota aprovechándose de tal fuerza para minar a su adversario.
Isaac Bigio