Carlos Gardel : Quarta Parte

. Incorporan a Guillermo Desiderio Barbieri como guitarrista acompañante, en las presentaciones y en el trabajo discográfico. En las grabaciones ingresa al grupo para el registro del hermoso tango “Zorro gris” que lleva versos de Francisco García Jiménez y música del violinista Rafael Tuegols.

En mayo de 1922 vista la Argentina el célebre dramaturgo español Jacinto Benavente y, entre los diferentes agasajos de que es objeto, se encuentra la invitación a un acto junto a destacados escritores, artistas y otros intelectuales que cuenta con la intervención del dúo Gardel – Razzano. Aparte del clásico repertorio criollo del dúo, Gardel interpreta, como solista, temas camperos y tangos.

A fines de 1923 ocurre un hecho de singular importancia en la carrera del artista: su primer viaje a Europa. En noviembre parte el dúo desde Buenos Aires en el “Antonio Delfino” junto a sus guitarristas Ricardo y Barbieri. El barco hace escala en Montevideo donde se suman los integrantes de la compañía Rivera – De Rosas. El destino es España. El debut es en el teatro Apolo de Madrid donde la compañía pone en escena “Barranca abajo”, obra del dramaturgo uruguayo Florencio Sánchez y los cantores cumplen con el tradicional “fin de fiesta”. La prensa comenta con entusiasmo el éxito de los artistas rioplatenses. Promediando febrero de 1924 retornan a Buenos Aires.

En setiembre de 1924 el dúo hace su debut radial. Es a través de la emisora Gran Splendid, por la cual vuelve a presentarse Gardel en los primeros días de octubre acompañado por la orquesta de Francisco Canaro. También en este año realiza los primeros registros discográficos con acompañamiento orquestal; precisamente con el marco del conjunto de Canaro.

En 1925 Gardel y Razzano son convocados para participar del homenaje que se le brinda a Eduardo de Windsor, el Príncipe de Gales, que se encuentra en Buenos Aires. Concurren, para este fin, a una estancia en la localidad bonaerense de Huetel y su actuación impacta al príncipe que acompaña, incluso, a los cantores con su ukelele motivado por el tema llamado, precisamente, “La canción del ukelele”.

A fines de setiembre de este año Razzano entiende que sus cuerdas vocales, ya resentidas, no le responden y decide dejar de cantar, pese a los insistentes pedidos de su amigo para que no considere el hecho como algo definitivo; le sugiere que se dé el tiempo necesario para una consulta médica y una segura recuperación. El dúo ya no continuará pero Razzano seguirá junto a Gardel en tareas de administración y representación.

En octubre de 1925 se produce el segundo viaje a España. Esta vez lo realiza Gardel solo, acompañado por el guitarrista José Ricardo. No se conocen las causas por las cuales Guillermo Barbieri no fue de la partida. Se repiten los éxitos de la temporada anterior. A fines de este año y comienzos del ´26 el artista concreta una serie de grabaciones, en Barcelona, que tienen la particularidad de ser efectuadas mediante el sistema eléctrico, o sea, con el uso del micrófono, técnica que no se manejaba, aún, en Buenos Aires. Es necesario recordar que en esta época el tango ya era una firme presencia, tanto en los discos como en las presentaciones personales de Gardel. El género había ganado un lugar de indiscutible preferencia en el gusto popular.

En el año 1926 comienzan en Buenos Aires las grabaciones eléctricas, sustituyendo al anterior sistema acústico. Le corresponde a Gardel estrenar esta técnica para la producción de los discos “Nacional – Odeón”. Ocurre entonces un hecho con características que ameritan el comentario. Las primeras tomas con la nueva técnica registran títulos como “Puñadito de sal”, “Mi diosa”, “Del barrio de las latas”, “Calavera viejo”, “No me tires con la tapa de la olla”, cuya calidad de emisión no conforma al artista. El cantor resuelve entonces volver a grabar estos temas con el antiguo sistema acústico, siendo éstas las matrices que después se editan. Esto ocurre en noviembre, quedando consolidado ya el nuevo sistema a partir del último día del mes. Gardel, no obstante, insiste con algunos temas constatándose, por ejemplo, la existencia de 9 matrices del pasodoble “Puñadito de sal”, por medio de los dos sistemas, de las cuales una sola salió a la venta.

En junio de 1927 se ofrece un acto artístico para agasajar a Luigi Pirandello, de visita en Buenos Aires. Este homenaje se realiza en el famoso café Tortoni de la Avenida de Mayo. Participa Gardel con sus guitarristas y su arte despierta la viva admiración del dramaturgo. El poeta Homero Manzi ha dejado un emotivo relato de este suceso ya que él se encontraba presente esa noche.

En octubre parte nuevamente hacia España. Durante su estadía, que se prolonga hasta mayo de 1928, realiza presentaciones personales, audiciones radiales y sesiones de grabación. También concreta el compromiso para actuar en París. Lo hace con el contratista Paul Santos, formalizándose así las gestiones en las que tuvieron mucho que ver los hermanos Pizarro y Luis Gaspar Pierotti.

Al regresar a Buenos Aires trae de Europa el Graham Paige, lujoso coche último modelo que se encargará de manejar Antonio Sumage, su chofer, a quien Gardel llamaba “El aviador”. Se habían conocido en 1911 cuando este conductor manejaba un coche tirado por caballos, el muy popular “mateo” de la época y llevaba con frecuencia al cantor en las noctámbulas recorridas.

En el mes de julio de 1928 se amplía el acompañamiento instrumental con la incorporación de un nuevo guitarrista, el uruguayo José María Aguilar.

En setiembre parte el cantor rumbo a París y, ya a bordo del “Conte Verde”, envía un muy especial saludo por medio del diario “Crítica”, dando muestras de su confianza y de su pintoresca forma de hablar. Recordamos aquí un párrafo en el que expresa: “El piróscafo me lleva hasta la villa donde impera Chevalier y, como criollo, hoy parto a conquistar a ese país bacán y copero con nuestro gotán porteño...”

El debut de Gardel en París se produce el 30 de setiembre en el teatro “Fémina”. Participa de un gran festival a beneficio de los damnificados por una catástrofe en una colonia francesa. El 2 de octubre se presenta en el cabaret Florida iniciando una temporada de actuaciones que se extenderá por cuatro meses.

El 11 de octubre da comienzo a la serie de grabaciones efectuadas en París.

Esta sesión tiene la particularidad de que los cuatro primeros temas son interpretaciones instrumentales, a cargo del trío de guitarras (Ricardo-Barbieri-Aguilar). Esto no llamaría la atención, ya lo habían hecho anteriormente, pero sí resulta pintoresca la anécdota que cuenta el coleccionista francés Edouard Pecourt sobre el hecho. Es bien sabido que el cantor se levantaba habitualmente al mediodía como consecuencia lógica de su vida nocturna. Cuenta Pecourt que el técnico de sonido había fijado las 10 de la mañana como hora de comienzo de la grabación. Como pasaba el tiempo y Gardel no llegaba decidieron empezar con registros instrumentales. El artista llegó tarde y medio dormido pero igual desplegó su magia incomparable y nos dejó temas que seguirán conmoviendo a muchas generaciones: “Alma en pena”, “Duelo criollo”, “El carretero”, entre otros.

El 5 de febrero se presenta nuestro cantor en el célebre teatro “Opera” de la capital francesa compartiendo la actuación con la orquesta de Osvaldo Fresedo, Maurice Chevalier, Lucien Boyer y demás artistas de primer nivel. El mismo mes cumple actuaciones en el hotel Casino de Cannes, Costa Azul. También realiza funciones en Barcelona y Madrid. Después de estas últimas, en mayo, se desvincula de los acompañamientos “El negro” José Ricardo. Hugo Indart URUGUAY

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