MEXICANA AFIRMA:"¡BUENOS AIRES SIGUE EN PIE!"

¿Qué hace una "tampiqueña" en el siempre variado y no siempre comprensible escenario general de la Argentina, que en el pasado fuera una potencia agrícolo-ganadera mundial, y que hoy se debate en la incertidumbre económica frente un mezquino horizonte?

A mí, en esta ciudad, me ocurrió pasar de la opulencia a la indigencia y viceversa en cuanto llegué de Santiago de Chile, porque mis guías me llevaron a la humilde "República de La Boca", un barrio de Buenos Aires con chapas de zinc, de varios colores, donde tiene su estadio uno de los dos clubes de futbol más populares del país, "Boca Juniors", (siendo el otro, River Plate) y donde visité el lengendario "Caminito", que popularitó mundialmente el tango del mismo nombre.

La obra musical tiene letra de Gabino Coria Peñaloza y música de Juan de Dios Filiberto. Pero "Caminito" no fue cantado solamente por los grandes del tango argentino, es decir, Carlos Gardel, Libertad Lamarque, Hugo del Carril, etc., sino, también, por el bolerista chileno Lucho Gatica, la cancionista japonesa Ranko Fujisawa, que no hablaba español - ¡y menos lunfardo!-, y numerosos artistas mexicanos, entre ellos el "Trío Los Panchos", con la primera voz del puertorriqueño Johnny Albino.

Fue en el recorrido hasta esa zona, donde está el contaminado Riachuelo, que pude percatarme de las dos o tres Argentinas: por allá, las clases postergadas de los arrabales y del llamado "Gran Buenos Aires" y, a minutos de distancia, en la Avenida de Mayo, a pasos de la Casa de Gobierno, el otro Buenos Aires, el que se describe en el tango "A media luz" y que, con vigencia actual, relata: "De tarde té con masitas / de noche tango y champán".

Esa noche, tuve un cálido recibimiento, disfrutando del verano austral en la velada literaria organizada para mí en el famoso Café Tortoni, visitado por numerosos presidentes argentinos y extranjeros y hasta por los Reyes de España, y que fuera fundado en 1858.

Como dice el escritor José Gobello, presidente de la Academia Porteña del Lunfardo:

"El turista que llega a Buenos Aires, tiene a toda la ciudad aquí: el pasado en las paredes, el presente sentado en las mesas y el futuro en el entusiasmo de la gente que trabaja alli por la cultura".

Ahí, considerado un paradigma del café porteño, disfruté la vivencia de compartir y estar con Rita Nicoletti, locutora de 1450 AM Radio Ciudad,de Lanús, de la poetisa y escritora Leticia Walkyria Pérez de la Riestra, hija del cantor-autor-compositor-actor-director Charlo, de Carlos Teijido, el fotógrafo oficial de Globaltango (www.globaltango.com.ar), de Eugenia Zaldivar, cantante de tangos y milongas, y de Bettina Agostini, una eximia bailarina. Estos serán siempre momentos del recuerdo que quedaron plasmados en fotografías con figuras de cera de tres grandes del país: Jorge Luis Borges, Carlos Gardel y Alfonsina Storni, sentados como siempre a la esquina del salón, alrededor de las mesas de mármol que alguna vez, en vida, los albergaron disfrutando un delicioso café.

Así como de aquellas otras personas que ese anochecer, en un local colmado, dejaron sus nombres grabados en el pergamino bordeado de celeste que se me obseguió, todas ellos de Globaltango que como dice su lema: "La música une los pueblos".

Durante mi estancia, me agradó recorrer la gran Avenida 9 de Julio donde, en Corrientes, está el blanco obelisco, símbolo innegable de la Reina del Plata que se yergue ante el transitar frente a la Plaza de la República y aparece imponente el Teatro Colón, considerado como el mayor centro de opera del país.

También, a bordo del tren subterráneo "Federico Lacroze" , que se inicia en el Estadio Luna Park y el Correo Central, me fui a visitar el Cementerio de La Chacarita , buscando la tumba del artista Carlos Gardel, y ubicándola inmediatamente por su estatua, llamada "El Bronce que Sonríe", siempre humeante con el cigarrillo que, dia tras dia, dejan en su mano derecha sus admiradores en esa esquina que brilla por las numerosas placas metálicas que rinden homenaje desde distantes países.

Continué caminando por enmedio de ese campo santo y llegué a la Rotonda de los Notables, donde encontré al maestro Osvaldo Pugliese, entre otros grandes, buscando como si los árboles entonaran a lo lejos la canción "Alfonsina y el Mar", de Félix Luna y Ariel Ramírez, que narra en forma suscinta la vida de la poetisa Alfonsina Storni, que se suicidó en el balneario de Mar del Plata, frente al Océano Atlántico, en 1938, para dar paso a una tumba sencilla ahí con una rosa blanca en su última morada.

Regresé a saborear en San Telmo de la espectacular noche de tangos y milongas en la reapertura y preinaguración del legendario "Miguelangelo", que en algún momento fué el gran almacén del puerto y ahora convertido en uno de los principales atractivos centros nocturnos en donde se han encontrado pasadizos secretos que se cree van hasta el Rio de la Plata cruzando por la Casa Rosada...algún día lo confirmarán.

En su etapa anterior, por esos escenarios pasaron Pugliese, la orquesta de Alfredo de Angelis, los cantores Alberto Podestá y Guillermo Fernández, Virginia Luque y el bailarín folklòrico Santiago Ayala "El Chúcaro" y numerosos artistas extranjeros.

Mientras las orquestas, cantores y bailarines ofrecían el primer show de la temporada en ese complejo de bar-restaurant-boite, fueron llegando a "La Mesa de la Doctora Mexicana" - como se la conoció en esa velada, y gracias a las presentaciones del periodista Raúl Riutor, que viajó de Uruguay -, Patricia Hoogen, coordinadora de la Asociación de Corresponsales Extranjeros, Francesca Ambrogetti, corresponsal italiana, que aprovechó para refrescar sus recuerdos de México, y hasta el controvertido locutor de la radio FM "La 2 x 4", Horacio Embón - calificado como "El Francotirador" -, quien me comprometió para que me expresara al día siguiente -"tempraneli", me advirtió - sobre México, Tampico y Buenos Aires.

Así se me fueron estos pocos días y los recuerdos quedan, sabiendo que la Reina del Plata sigue en pié con su música especial y su color que solo lo dán quien nace y vive con el tango en su andar..sólo es ella:

"Mi Buenos Aires querido

cuando yo te vuelva a ver

no habrá más pena

ni olvido".

Y me voy con un sentido "Adios muchachos", que pronto podría convertirse en un "Volver", de la mano de Albino, Chucho Navarro y el güero Alfredo Gil, "Los Panchos". Estos reyes del romanticismo, en ocasiones con Hernando Avilés, se convirtieron, durante décadas, en los "niños mimados" del público argentino. Y ellos devolvieron la hospitalidad grabando numerosos tangos, a su manera, y que hasta hoy se escuchan.

Tampoco olvidaron los argentinos, los exitosos pasos por esta ciudad, de figuras mexicanas señeras, tales como Jorge Negrete, Juan Arvizu, Miguel Aceves Mejía, Pedro Vargas, María Félix, Dolores del Río.

Y, entre muchos otros, de ayer y de hoy, Arturo de Córdoba, protagonista aquí de un film apasionante acompañado por "La Dama de los Teléfonos Blancos", Zully Moreno, la mayor estrella argentina de entonces, y que se tituló: "Dios se lo pague".

Eva Laura Castilleja INPA

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