NUEVO ANIVERSARIO DE LA "CRISIS DE LOS MISILES"-"TRECE DIAS DE OCTUBRE"

Por: Raúl H. Riutor

Naciones Unidas, Nueva York, EE.UU. (INPA) Todos los años, cuando llega octubre, se actualizan las figuras del presidente John F. Kennedy, y del gobernante soviètico Nikita Kruschef, debido a su peligroso enfrentamiento de ese mes en 1962 -¡para ellos y todo el planeta!-, por la instalaciòn de cohetes y rampas de lanzamiento rusos en Cuba que, según la CIA y el Pentágono, estaban destinados a la Costa Este de los Estados Unidos, incluyendo Washington DC. Pero también en estas fechas se recuerda la participación especial que tuvo en la llamada "Crisis de los Misiles", o en "Los trece dìas de octubre", Robert F. Kennedy, entonces con el cargo de Procurador General de la Nación. Este hermano menor del jefe de la Casa Blanca, se reuniò en la capital con diplomatícos sovièticos, quienes transmitieron a Moscù que Estados Unidos querìa la paz y no una hecatombe nuclear, mientras los barcos sovièticos, con màs armas, se acercaban a la isla caribeña próxima a Miami. Tras la muerte de John F. Kennedy, asesinado en Dallas, Texas, en 1963, el ya senador Robert F. Kennedy, decidiò competir por la Oficina Oval, pero el 6 de junio de 1968, el mèdico Stanley Abo lo declaró muerto, a los 42 años de edad, despuès de recibir dos balas del palestino, nacido en Jerusalem, Sirhan Sirhan, quien en total efectuò ocho disparos con su revolver calibre .22, hiriendo a otras cinco personas. El atentado ocurrió en The Ambassador Hotel, ubicado en el Wilshire Boulevard, en Los Angeles, California. Kennedy, llamado "Bob" por sus seguidores, había ganado las primarias de ese importante estado el dìa anterior y acababa de ofrecer un "Discurso de la Victoria" en el "Embassy Ballroom". Para acortar camino hacia una conferencia de prensa, atravesó una despensa cercana. Ahì lo esperaba el àrabe de 24 años con su arma, ofendido por el declarado apoyo del candidato a Israel. Tirado en el suelo sucio y húmedo de la cocina, Kennedy fue revisado por el doctor Abo, que descubriò una herida mortal en la nuca, debajo de la oreja derecha; y otra màs que revelò luego la autopsia practicada por el forense Thomas Noguchi, después que le entregaron el cadáver en el Good Samaritan Hospital. Todo ocurriò entre los quince y los 30 minutos despuès de aquella alegre y bulliciosa medianoche; y cuando el legislador y su esposa, Ethel, esperaban su undécimo hijo. El juicio contra Sirhan Sirhan, que fue arrestado con el revolver en la mano, se extendiò durante cuatro meses. El asesino fue condenado a muerte, aunque después sólo a cadena perpetua, que actualmente cumple en la Corcoran State Prision, de California con una apariencia muy distinta a la de entonces, según una fotografía conocida por los medios en 1998. Una noche de entrega de premios en ese hotel de 500 habitaciones, nos escapamos brevemente, durante el brindis posterior, con el escritor Ray Bradbury ( "Crónicas Marcianas" ) y recorrimos el mismo trayecto de Kennedy antes de que Sirhan terminara con las ilusiones y la vida del pre-candidato del Partido Demócrata. Recordamos así las imágenes que distribuyó la televisiòn y que, por mi parte, recibí en esta ciudad, viendo a Kennedy haciendo la "V de la Victoria" y asegurándoles a los presentes: "¡Y ahora ganaremos en Oregón!". A esto le siguió el pandemonio que estremeciò y enlutó, de nuevo, a la sociedad estadounidense. Poco antes, en un diario hispano, en la Calle 42, en esta ciudad, Kennedy me había declarado para la agencia EFE, que se esforzarìa, entre otros quehaceres de la presidencia, para ponerle punto final a la Guerra de Vietnam y la discriminación racial en los Estados Unidos. El campeón mundial de los semipesados, Jose "Chegui" Torres, que lo respaldaba, sirviò de presentador y traductor. El candidato del Partido Republicano, Richard M. Nixon, ganó las elecciones de 1968, logró acabar con el impopular conflicto bélico en Asia para lo cual contó con la eficaz colaboración de su Secretario de Estado Henry Kissinger a quien, posteriormente, debio entregarle su renuncia, tras su sucio manejo de la gestión presidencial. Pero,a juicio de numerosos estadounidenses y extranjeros, el tema de la discriminación sigue vigente. Por lo menos, hasta que se elija un presidente de origen asiático o latinoamericano. O negro.

INPA

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