De Uruguai: apelo à comunidade internacional

Por gentileza del Periódico "Prensa Rosarina" hacemos llegar a los lectores de Pravda.ru este material sobre un tranquilo y cuidado pueblo que ocupa un lugar privilegiado en el departamento de Colonia. Un lugar que bien merece el nombre que lo designa, y por el que sus pobladores trabajan con ahínco.

Las necesidades económicas de la región (que no es ajena a la condición de subdesarrollo del país) ya existentes tanto en La Paz como en Rosario a principios del presente año, empeoraron tras las crecientes que provocaron inundaciones nunca vistas en la zona.

El agua arrazó con todo lo que encontró a su paso y destruyó puentes y casas. Se llevó terraplenes, la imagen de la Virgen del Rosario (que fue encontrada días después y con la imagen de Cristo sin manos), se llevó el esfuerzo de la gente más humilde de la zona.

Se llevó el trabajo y el tesón de la gente que ocupa estos predios comunales por no tener trabajo, por no tener siquiera un ingreso seguro (ni recibir seguro social por desempleo dado que este, si existió para ellos hace largo tiempo que caducó).

De las diez fábricas que nutrían a la gente de Rosario y de La Paz, sólo dos se mantienen. Sobreviven.

Esto significa que cerca de 2000 personas están desocupadas. Hablamos de 2000 personas en una población que sumada no supera los 12000 habitantes.

Las Juntas Locales, los vecinos, Emaús, la Intendencia Municipal, dónde debemos destacar especialmente el trabajo del departamento de Acción Social, el Comité de Crisis (creado en la oportunidad y que es semilla del futuro Comité Local de Emergencia) dieron aquello que disponían para que las cerca de 600 personas afectadas en ambas localidades tuviesen cubiertas sus necesidades elementales.

Dieron algo de ropa, frazadas, algunos colchones usados, algunos colchones nuevos y alimentos.

La falta de recursos en un país empobrecido no ha permitido que los dannificados hayan resuelto su situación. Han vuelto a ocupar las precarias viviendas (o lo que de ellas dejó el agua) con la esperanza de que el tiempo no repita el desastre.

No tienen las mismas "comodidades".

La corriente llevó muebles, llevó alimentos, llevó los más elementales electrodomésticos, medicinas. También se llevó queridos recuerdos, documentos, fotografías, y algún ahorro de los mas pudientes y prevenidos.

Se llevó el trabajo de quienes criaban animales, y de quienes trabajaban la tierra subsistiendo en base a lo que plantaban y cosechaban en sus huertas. La solidaridad del pueblo se hizo presente y se hizo ejemplo de hermandad.

La sensibilización fue alta. Para ayudar no hubieron ni límites ni preguntas. Tampoco se recordaron las rencillas pueblerinas que siempre existen. Nada era mas importante que el ser humano y nadie mas importante que el necesitado.

Se rescató a la persona independientemente de su condición social. A 8 meses del desastre las necesidades siguen existiendo. Pedimos ayuda. Pedimos su ayuda.

No trataremos de equiparar la situación a la anterior que era pauperrima. Trataremos de restablecer una situación mejorándola, compensando las faltas actuales, las carencias y de que esas compensaciones sean valoradas, sirvan para instrumentar cambios de fondo.

Para superar las actuales condiciones de subsistencia, de nada serviría pedir ayuda y que esa ayuda se entregue a los pobladores de éstas viviendas sin más. Se trata de buscar salidas.

De entender que si bien se está dando, deberán construir en zonas no inundables. La intendencia ofreció terrenos. Deberán utilizar esa ayuda como una colaboración para poderse instalar en lugares secos y firmes donde no exista el peligro de una nueva inundación.

Apelamos por este medio,y por gentileza de Pravda.ru a la solidaridad del resto del mundo. Hacen falta muebles, alimentos, colchones y viviendas. También ropa puesto que si bien fue lo que mas donó la población, correspondía a la temporada invernal.

No se piden artículos nuevos. Aquellos muebles, electrodomesticos o bien, aquella ropa que dejó de ser útil o de gustar, o de integrarse al ambiente nos será útil.

Si Ud. piensa en deshacerse de algo recuerde que lo que Ud. no use, será bien recibido aquí y agradecido. Aquí hemos aprendido que es tan corto el espacio entre la abundancia y la miseria que puede irse y venirse desde una a la otra mas de una vez en la vida.

Y que cualquiera de nosotros está apto para transitar este camino.

Agradecemos a Pravda.ru su colaboración al difundir éste material. Apelamos a su sentido de solidaridad. Gracias.

Mariela Pérez Ingold PRAVDA.Ru URUGUAI

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