LA PAZ HA FINES DEL SIGLO XIX(1869-1900)

El Sínodo de la iglesia del 10 al 21 de mayo de 1869, después de un estudio detenido de la cuestión de la colonia del Rosario resolvió enviar un delegado para enterarse directamente de la situación y para tomar las medidas que creyese oportunas. El Reverendo R.W.Stewart se ofreció para pagar los gastos de viaje de ese delegado. Se designó al Moderador Juan Pablo Lantaret para el desempeño de esta delicada misión.

El 25 de junio el Moderador Lantaret se embarcó en Burdeos en un vapor francés; fue el primer valdense en hacer una travesía de Europa a América en un buque a vapor. Llegó a Montevideo el 27 de junio; pasó allí unos días y se halló con algunos valdenses que habían ido a recibirlo; partió de la ciudad mencionada el 1 de agosto en diligencia y al día siguiente llegaba a la colonia, alojándose en casa de Juan Bartolomé Griot, que era el principal comerciante de la zona y quien dirigía el movimiento de colonización entre los propios valdenses.

Lantaret encontró que el estado material de la colonia era próspero. Las 150 chacras que la Sociedad había puesto en venta, estaban compradas, más allá del Sarandi se vendían otras chacras a 400 pesos cada una; ya se habían vendido unas cincuenta; el pueblo de La Paz contaba con unas quince casas.

LA ASAMBLEA DEL GALPÓN DE GRILL

El día 5 de agosto se reunió la primera gran asamblea, de 120 personas, en el galpón de Esteban Grill, bajo la presidencia del Moderador. La cuestión a la orden del día era: ubicación de un templo para la colonia.

Había dos opiniones distintas:

1º- Terminación del edificio ya empezado en La Paz sobre el terreno cedido gratuitamente para ese objeto, teniendo en cuenta especialmente que ya se había recibido para la construcción del templo la suma de 500 pesos y que el gasto hecho se elevaba a más del doble de esa suma.

2º- Transformación del local en construcción en una escuela que sirviera también para cultos, y construcción de un templo, una escuela y casa-habitación para el pastor en el centro de la Colonia. Las opiniones estaban divididas de acuerdo a las disensiones que se acarreaban desde el nacimiento de la colonia y que venían incluso desde Europa. La conclusión fue de un fallo salomónico aunque el mayor beneficiado pasó a ser el “centro” más tarde llamado Colonia Valdense. Las resoluciones definitivas fueron las siguientes: 1º- El templo empezado en La Paz será terminado. 2º- Otro templo será construido en lugar céntrico. 3º- Cerca del segundo templo se construirá una casa pastoral, una escuela y una casa-habitación para el maestro. 4º- El orden en que tendrán que construirse esos edificios, será determinado por los miembros de la Asamblea. 5º- Los gastos serán cubiertos por: a) las contribuciones de los colonos. b) La contribución que se espera de Pendleton. c) La ayuda prometida por el Moderador. Como balance esta asamblea nos deja que Centro ganaba su primera pulseada sobre La Paz, porque si bien se contemplaba la prosecución de las obras en La Paz se construiría otro templo en Centro y los edificios anexos de suma importancia estarían en esta última lo que marcaba que tomaba mayor importancia que el núcleo original. Además la resolución de prioridades de obra-motivo de largas discusiones- pasaba a responsabilidad de la Asamblea. No sólo se privilegiaba a Centro sino que no se resolvía el tema central.

LA SEGUNDA ASAMBLEA

Fue convocada para el 10 de agosto presidida también por el Moderador, en la cual se nombró una Comisión formada por siete miembros para organizar colectas y suscripciones para la construcción de los edificios proyectados. Quedaba entendido que Morel quedaría al frente de la congregación hasta la llegada de un nuevo pastor.

En nombre de la iglesia de Italia y con dinero que le dio el Moderador Juan Bartolomé Griot compró 11 cuadras a 20 pesos cada una. Estos terrenos son dónde hoy están ubicados los edificios centrales de Colonia Valdense. El 11 de agosto Lantaret salía de la colonia después de una estada de nueve días y el 15 volvía a embarcarse para Italia.

EL LEGADO DE LANTARET

Sin llegar a grandes soluciones y menos aún favorables para La Paz –la colonia madre- el principal legado de Lantaret fue la descripción que hizo de la colonia y que es uno de los documentos más valiosos de este período . Este informe publicado por la imprenta Joseph Chiantore en Pinerolo en 1870 se titula: “Les Vaudois dans l’Uruguay. Journal de la visite que leur a faite Le Moderateur de la Table Vaudoise au Mois d’Aout 1869”

Vayamos pues con el moderador Juan Pablo Lantaret a 1869: “La rada de Montevideo es muy bella, suficientemente grande, pero poco segura; el hombre no ha completado aquí el trabajo de la naturaleza...los gobiernos de la joven república del Uruguay han estado muy ocupados en sus frecuentes revoluciones como para pensar en tal obra. Ella es de una importancia capital para el futuro de esta villa...En cuanto a mí, mi principal asunto en primer lugar es saber a que distancia estoy de nuestra colonia y por qué medio podré llegar. Las informaciones que reciba son perfectamente seguras, porque Pasquet conoce todas las rutas que me indica. En primer lugar, está el mar...Un tosco barco partiendo de noche de Montevideo puede, con tiempo favorable, arribar al otro día de mañana al pequeño puerto de la colonia remontando las riberas del Rosario oriental. Pero los vientos pueden ser contrarios; y en ese caso, el viaje dura a veces ocho días. Además, no cree del todo posible que se encuentre un patrón de barco dispuesto a partir inmediatamente...Un buen caballo es el segundo medio, si no más seguro, más expeditivo que un barco. Es el medio común de los “gauchos” y en general de la mayor parte de los habitantes de la campaña. Los valdenses lo emplean algunas veces, pero yo tenía excelentes razones para no recurrir a él salvo en último extremo. Hay afortunadamente dos servicios de carruajes, uno del gobierno y otro de un particular. Las salidas en verano son dos veces por semana; pero en esta estación probablemente no haya más que una. El trayecto hasta la Colonia Suiza se hace en un día y medio: de ella a la Colonia Valdense no hay más que una hora y media, y los medios de transporte no faltan. Contrariamente a lo que me habían asegurado en Europa, nuestros colonos vienen muy raramente a Montevideo para la venta de sus productos.

Dos o tres de entre ellos sirven de intermediarios para la exportación y también para la importación...

Con que emoción he saludado desde lo alto de una pequeña elevación que separa las dos colonias las primeras viviendas de mis queridos compatriotas, esparcidas a derecha e izquierda de la ruta, sobre una vasta extensión de terreno del que no distingo los límites. Los campos recientemente trabajados, otros dónde el trigo comienza a verdear , algunas casas construidas de ladrillos, los bosquecillos delante de la mayoría de las viviendas, en fin, aquellas plantaciones regulares al costado de una ruta espaciosa y bien conservada, todo ello me anuncia que he llegado al fin a un establecimiento agrícola serio, y que nuestros queridos colonos han remontado afortunadamente las primeras dificultades de una empresa semejante... La vida material es indudablemente más fácil que en los Valles. He visto por todas partes pan blanco, y de excelente calidad; la carne no es un artículo de lujo; cada colono puede tener un batallón de aves de corral de todas las especies; algunos no tienen todavía leche más que durante una parte del año porque es difícil de ordenar en alguna medida la producción de leche cuando hace tiempo que el ganado vive en completa libertad...El trabajo es también indudablemente más fácil que en los Valles. Ellos no tienen prados que regar y segar, ni heno que guardar; por largo tiempo todavía las tierras no tendrán necesidad de ser estercoladas; un niño las trabaja; la trilla se hace con bestias: los bueyes vigorosos y los robustos caballos transportan todas las cosas, incluso al dueño y la dueña de la granja...y a los niños cuando van a la escuela...Las numerosas plantaciones que ha hecho Revel aumentan año a año el valor de su propiedad. Está, como algunos otros de los antiguos colonos, ocupado en reemplazar por cercos de álamos y arbustos espinosos, las fosas y muros de tierra como medio del que se han valido, al principio, para guardar las semillas y las cosechas de las invasiones del ganado...Esas murallas de tierra, pronto agrietadas en todos los costados, se han transformado en el escondrijo predilecto de una multitud de insectos y animales dañinos, entre otros, formidables escuadrones de hormigas y una enorme cantidad de gordas ratas sin cola, del grueso de un conejo que devoran todo lo que tienen cerca, trigo y jóvenes árboles, y extienden sus destrozos hasta el centro de los campos...

Un poco más lejos, en la casa de Forneron, de Prarostino, encuentro la plantación de cepas más considerable que jamás he visto hasta el momento...Parece que la cosecha de uvas no es todavía muy abundante, ya que solamente un pequeño número de personas hacen pequeñas cantidades de vino...Aunque según lo que me aseguran las uvas son muy dulces, el vino es un poco ácido; él será, entonces, una excelente bebida en la primavera y asimismo en el verano, si se encuentra el medio de conservarlo y de hacerlo en cantidad suficiente. ¿Alcanzaremos a mejorarlo introduciendo otras calidades de uva? Eso no es imposible; pero será posible, creo, a condición de que el clima del Rosario Oriental sea sensiblemente modificado por las sucesivas plantaciones de bosques. Jamás la viña podrá soportar sin sufrir, las frecuentes sequías del verano ni las violentas irrupciones del “pampero” que nada detiene y que reina como dueño absoluto en todas las regiones del Plata. Para ello será necesario renovarla frecuentemente, pues supongo que, como todos los árboles frutales, ella se degenera muy rápidamente en este país. Como he visto en las cercanías de todas las viviendas más antiguas pequeños jardines o mismo huertas, bien provistos de durazneros, ciruelos, higueras, manzanos, perales, membrillos, cerezos, etc., no tengo dificultad para creer que esas diversas frutas se recogen en grandes cantidades; pero no he tenido la ocasión de juzgar su calidad...En 1868 por el contrario, los colonos no exportaron menos de doce mil sacos de trigo, valorados en plaza a 30 francos el saco, y 45 en Montevideo. Una buena parte de ese trigo ha pasado por el depósito del Sr. Griot. Si a este producto principal se le agrega las exportaciones de maíz blanco y amarillo, manteca, aves de corral y ganado, en una suma se me ha dicho se eleva aproximadamente a 150 mil francos, se llega a un total muy respetable de medio millón, el que repartido entre 140 o 150 familias de colonos, dará a cada uno de ellos tres mil y algunos cientos de francos...He conocido el “mate” ese famoso té del Paraguay, de Río Grande y de los estados del Plata. Tiene en la colonia, particularmente durante el ardiente verano, un enorme consumo.

Nada apaga más la sed, dicen, como aquellas calabazas de esta bebida tomada lo más caliente posible. Durante la cosecha, el escalfador o grueso hervidor está todo el día sobre el fuego, y cada cual se prepara algunas tazas cada media hora. Nada más simple que esta operación. Uno toma una de esas pequeñas calabazas, redondas y provistas de una cola en forma de gancho; la rellenan hasta los dos tercios de la yerba en cuestión, que no es otra cosa que la hoja o los más jóvenes brotes bien secos de una especie de acebo; le ponen un poco de agua fría, y después de un momento, el agua bien caliente. Algunos le agregan azúcar. Introducen a continuación dentro de la calabaza la extremidad de un canuto(chalumeau) o tubo metálico, achatado y provisto de una reja(grille) muy fina para detener el polvo del “mate” y los aspiran lentamente hasta la última gota. En cualquier número que sea la sociedad reunida en una casa, la calabaza pasa y vuelve a pasar un buen número de veces de una persona a la otra, y no se puede rechazar sin agraviar a quién lo preparó, quien comúnmente es la matrona de la casa, o su hija. No creo que sea maravilloso, pero comprendo perfectamente que ellos no solo se puedan acostumbrar, sino incluso amarlo con pasión...Como este rancho es, por el modo de construcción sino por lo extenso y por su capacidad, parecido a todos los otros, lo tomaré a modo de descripción. Después de haber escogido un terreno conveniente, generalmente en el centro de la “chacra”, un lote de tierra de 36 “quadras” o 72 “journax, el colono clava en tierra los piques en las cuatro esquinas de su sitio y hunde, a una profundidad que ordinariamente no es mayor de 50 centímetros, los cimientos de su casa. Se procura aquellas maderas necesarias para la carpintería del tejado y una cantidad suficiente de hierbas largas y finas, como nuestro junco de los pantanos, para recubrirlo. Corta en el lugar los terrenos gordos y compactos, de las dimensiones que le quiere dar a los tabiques, y pone enseguida manos a la obra con algunos compañeros, y uno o dos albañiles si consigue; y en 3 o 4 días alcanza fácilmente la altura necesaria.

Como se trata de una vivienda que está destinada a no durar más de 8 a 10 años, no tiene sentido procurarse piezas fuertes de madera para la carpintería.

El techo es sin problemas, muy ligero, ya que no tiene que soportar el peso de la nieve. Generalmente, el rancho es de una longitud doble a su ancho. Está dividido en dos piezas, a veces por medio de una pared de terrones, a veces por armarios o por una simple cortina. Una puerta exterior, raramente dos, una de comunicación, dos pequeñas ventanas, cerradas con vidrios, o simplemente con papel, y está el rancho terminado, y el trabajo se hizo en una semana. Un horno es de rigor, a veces en la misma cocina, a veces en otro rancho contiguo.

En cuanto a los muebles, una “petrissoire” que sirve algunas veces de mesa, algunos taburetes o bancos de madera, uno o dos armarios o roperos, y no hace falta nada más para que nuestros colonos vivan cómodamente . Ellos no se hacen problema ni del piso ni del techo; la tierra debajo, las cañas arriba, y ellos están tan bien como en una brillante residencia. He entrado en un gran número de esas habitaciones primitivas, el día después de una lluvia torrencial, y no he visto en ninguna parte rastros de humedad...

SIGUEN LOS INCOVENIENTES

Mientras estuvo el Moderador en la localidad todo marchó bien; pero en cuanto los colonos quedaron solos, el fuego de la discordia se encendió de nuevo. La Comisión para las suscripciones y colectas de los edificios proyectados no tardó en entrar en conflicto entre los dos grupos. Morel insistía en que se concluyera el templo de La Paz sobre el plano antiguo. La Comisión quería modificarlo insistiendo en que se apresuraran más bien los trabajos en el centro de la colonia. Una asamblea el 2 de noviembre dio a la Comisión plenos poderes para obrar en nombre de la colonia hasta la venida de un nuevo pastor. La gente de La Paz protestó y con razón declarando que así se llegaba a la separación completa. Morel continuó los trabajos para la terminación del edificio de La Paz ; por otra parte, la Comisión dio principio a la colecta para la casa pastoral y las escuelas a construirse en el terreno comprado por el Moderador Lantaret y empezó de inmediato los trabajos. La Comisión se puso en correspondencia con Pendleton , que se había entrevistado con Lantaret.

Pendleton pareció dispuesto a entregar el dinero recaudado para las contribuciones de Centro a pesar de que no se hiciera en su chacra.

El desarrollo material estuvo, no obstante, salpicado como vimos de coyunturas difíciles para los colonos. A las ya reseñadas divisiones intestinas y a los enfrentamientos con la compañía colonizadora, se le agregaron enfermedades como una epidemia de cólera que castigó la zona en 1866 y 1867 y problemas derivados de los frecuentes disturbios políticos de la época, de los que si bien los valdenses se mantuvieron prudentemente aparte conllevaron en muchos casos pérdidas materiales de relativa importancia.

También debemos agregar coyunturas económicas nacionales críticas, que a veces repercutieron duramente en la colonia. A estos inconvenientes comenzó lentamente a sumársele uno nuevo: el incremento demográfico, que tornó imprescindible la decisión de extenderse más allá de los límites fijados por el contrato de 1858. Con tal motivo Juan Bartolomé Griot, administrador de los campos linderos a la colonia, pertenecientes a Victorica y Ramírez, entró en contacto con estos propietarios para convencerlos de colonizar esos terrenos.

Pese a las negativas iniciales, los avatares políticos y económicos que sacudieron al país entre 1865-67, llevaron a que en octubre de este último año, 2700 hectáreas de esa propiedad se fraccionaran en chacras, las que se vendían con una financiación de cuatro años-a partir del segundo-y exoneradas del pago de contribución inmobiliaria durante 10 años. En 1872 nuevamente Griot extenderá los primitivos límites de la colonia, a través de la compra de 1.290 hectáreas a María Oribe, que subdividió inmediatamente en chacras.

Este movimiento expansivo continuará en 1874 con la compra y fraccionamiento de otras 1.290 hectáreas, por parte de Juan B.Bonjour , y por último en 1876, con el arrendamiento por parte de los herederos de Malcomb y Reyes de los campos incultos que quedaba en la zona. En apenas 20 años, la colonia había sextuplicado su superficie dedicada a cultivo, y quintuplicado lo adquirido por los colonos, extendiéndose hasta el arroyo Sauce al oeste.

EL PASTORADO DE SALOMON

En el año 1869 el pastor Juan P.Salomon que estaba en una iglesia lombarda, tuvo que abandonar el puesto por razones de salud. Al año siguiente se ofreció para venir al Uruguay. La Mesa Valdense aceptó el ofrecimiento y Salomon acompañado por su esposa, salió de Italia para su nuevo destino, llegando a Montevideo el 2 de noviembre de 1870. A su llegada a la colonia fue recibido con mucho entusiasmo. Encontró que la casa pastoral, compuesta de cuatro piezas, podía ser habitada en breve; el edificio escolar de Centro se estaba construyendo. Pendleton había remitido 150 libras esterlinas y prometió remitir las 200 restantes. El 29 de noviembre se reunió una asamblea bajo la presidencia del nuevo pastor, resolviéndose:

1º-Celebrar los cultos de La Paz en un local de un colono. 2º- Reunirse provisoriamente en el galpón de Griot para el culto de Centro. 3º- Fijar la mañana para el culto en Centro y la tarde para La Paz. 4º- Terminar la escuela de Centro. 5º- Dividir la colonia en siete secciones. 6º- Nombrar siete Ancianos y un Comité de otras siete personas para los asuntos materiales. 7º- Resolver que los libros de la biblioteca que poseía Morel fueran llevados a la casa pastoral. En marzo de 1871 se termina la escuela de Centro, que sirvió también de local de culto. En La Paz la casa de Juan Daniel Costabel y el galpón de Manuel Bert fueron los locales para escuela.

Los años 1871 y 1872 pasaron sin mayores zozobras pero muy pronto nuevos problemas azotaron la colonia. Las deudas del templo de La Paz, que el Consistorio no quiso reconocer porque según ellos habían sido hechas sin su autorización encendieron de nuevo los ánimos. Morel deseoso de techar siquiera el edificio para que no sufriera desperfectos, siguió, con sus amigos, recaudando fondos. Esta actitud suscitó protestas del grupo de Centro.

Una asamblea reunida el 17 de noviembre de 1874, condenó duramente a Morel y a sus partidarios, eliminándolos sin más de la iglesia. Es decir la iglesia madre, el lugar donde había nacido la colonia quedaba afuera, el Centro se imponía así una vez más.

Otras dificultades surgieron por el estado moral en que se encontraba la congregación. Las diferencias entre los dos partidos se ahondaban y Salomon de carácter apasionado y parcial comprometía más aún la situación.

Muchos miembros de la Iglesia ya no cumplían con sus obligaciones de contribuyentes. Como consecuencia, no era posible abonar los honorarios del pastor y del maestro. Salomon dándose cuenta de que las cosas iban de mal en peor, que su ministerio no podía ser positivo, presento renuncia a la Mesa Valdense, a fines del año 1874 fundándola en las siguientes razones:

1º- Las disensiones religiosas que se iban acentuando. 2º- Los colonos no cumplían con sus promesas. 3º- La oposición de hecho entre La Paz y Centro. 4º- Las continuas revoluciones del país que obligaban a los jóvenes de la colonia a servir como soldados.

En el mes de febrero de 1875 el pastor J.P.Salomon partía para Missouri(Estados Unidos), acompañado por las familias de Bartolomé David Ugon, Juan y Pablo Salomon, Juan P.Planchon, David y Esteban Courdin, David Lautaret y Juan Coisson.

La partida de Salomon- que atacó permanentemente a Morel y tomó decidida partida a favor del grupo de Centro- dejó a la colonia del Rosario sin pastor en un momento en que la situación del país era muy difícil y las luchas y discordias internas hubieran necesitado más que nunca un conductor espiritual. Se designó como presidente provisorio del Consistorio a Juan Bartolomé Griot. Esta corporación continuó su cometido por algún tiempo y luego se disolvió por completo. Los colonos no quisieron reconocer más al Consistorio. La comisión para los asuntos financieros se transformó en Comisión General quedando presidida por Pablo Davyt y fue encargada de conseguir un pastor, de cuidar los libros y los objetos pertenecientes a la iglesia y en general, de los asuntos relacionados con la marcha de la congregación. En la asamblea del 28 de noviembre de 1876 se nombró una segunda comisión, formada por Santiago Gilles como presidente; Esteban Poet como secretario, Bartolo Durand como tesorero y David Courdin, Eliseo Bertinat, Juan Bonjour y Timoteo Dalmas como vocales.

En esta difícil circunstancia dos personas prestaron destacada labor: Santiago Gaydou y Juan Daniel Revel en educación y vida espiritual respectivamente.

CARTAS QUE MARCAN SITUACIONES

Otra carta, en este caso fechada el 29 de marzo de 1876 enviada por Carlos Appia a David Bert muestra aspectos de la vida de los colonos en esa época. El pesimismo de esta misiva se contrapone con el optimismo de cartas de años anteriores.

Vayamos pues a 1876: “Puesto que mi cuñado David Mourglia sale para los valles no puedo dejar esta ocasión sin escribirte algunas palabras . Mi deseo sería volver a los valles, pero puesto que no estoy libre de ir y no dispongo de los medios, esto me retiene en este país ya tan floreciente, hoy completamente arruinado. Las guerras, las quiebras de los bancos lo han reducido en ese estado; hasta hoy se colonizaba en América, ahora creo lo contrario. Los extranjeros se van en cuanto pueden, porque el comercio está completamente arruinado y pronto no se hallará más nada que hacer; imagínate que nuestros colonos no encuentran a quien vender sus cosechas, tienen muchos cereales pero carecen de dinero, nunca se vio semejante miseria, no se consigue un préstamo de quinientos francos mientras que en el pasado se hallaban a millares. Tuvimos la visita de las langostas, que no aparecían desde 1851.

Colonia Suiza ha perdido todas sus cosechas, con excepción del trigo. Las tuve tres días, así me comieron todos los árboles(tan sólo la hoja), sin hacerme otro daño. Eran tan numerosas que hacían sombra a la tierra¡ ; imagínate que en dónde acampan, arrasan con todo¡... También te diré que estamos sin pastor, por lo tanto somos como ovejas errantes en el desierto. Que Dios tenga piedad de nosotros y quiera poner en el corazón de la Mesa Valdense de mandarnos uno, de otra manera el desorden pronto se posesionará sobre todo de la juventud.”.

PANORAMA DE LA COLONIA EN 1877 Y 1878

A pesar del desalentador relato anterior el panorama de la colonia comparando otras regiones del país era más que positivo. Después de cruzar zonas despobladas, sin árboles ni cultivos, llegar a la colonia era como llegar a un oasis de un desierto. Campos de trigo maduros, plantíos de maíz, montes artificiales que ya proporcionaban madera de construcción, vergeles de frutales en número limitado y de reducidas dimensiones, pero suficientes para las necesidades locales, causaban grata sorpresa. Es cierto que abundaban los ranchos de terrones con sus techos de paja, pero no faltaban tampoco las casas de ladrillo y excepcionalmente de piedra con techos de tejas. Llegado el momento de la siega, el trabajo era pesado, pues el instrumento de que podía valerse el agricultor era la hoz, que requería para adelantar en la tarea, brazos hábiles y robustos. Sin embargo ya existían segadoras que facilitaban el trabajo; la primera atadora pesada y complicada hacía, bajo la dirección inexperta de Carlos Appia, sus primeras pruebas en los campos de Davyt y de Santiago y Daniel Jourdan. A menudo necesitaba la visita de Diego Wilson afamado curador de las dolencias de las máquinas existentes en la colonia agrícola.

La localidad era conocida en principio con el nombre de “El Galpón” y más tarde como “Colonia Piamontesa” para diferenciarla de “Colonia Valdense” nombre que había tomado el anteriormente llamado “Centro”. El nombre de La Paz costó imponerlo.

El estado material de las familias era satisfactorio. No existían grandes capitalistas y muchas familias estaban todavía con deudas por la compra de terrenos o construcción de casas, pero a ningún trabajador le faltaba el pan de cada día, y los indicios de una prosperidad futura eran manifiestas.

El estado religioso de la población había caído y las constantes divisiones dificultaban la convivencia de la colonia.

RELIGIONES Y COSTUMBRES

Existían en la colonia tres convicciones religiosas definidas:

1º- La valdense tradicional de los valles que era la más numerosa y a la que se unían poblaciones criollas. 2º- Los Hermanos de Plymouth, que durante algún tiempo se mantuvieron junto a los valdenses y luego formaron una agrupación distinta. Era indudablemente una mezcla de los del “risveglio” reformistas valdenses de Neff junto a los anglicanos con el apoyo tácito de Pendleton.

3º- Los apostólicos que permanecieron mucho tiempo unidos con los valdenses.

Un relato de la época nos hace referencia a una opinión del autor sobre el estado moral de la colonia y dice textualmente: “ El estado moral de la colonia podemos decir que no era halagüeño. Las divisiones, con sus consecuencias de chismes y sospechas, el abuso de bebidas alcohólicas, los pasatiempos malsanos de la juventud, ofrecían grandes inconvenientes...Poco a poco estos defectos producto de la circunstancia se fueron corrigiendo.”.

Las finanzas de la iglesia estaban en un estado desastroso; los locales dejaban mucho que desear. El templo de La Paz carecía de bancos, de púlpito y de piso conveniente; parte del techo había volado; sobre la cabeza del predicador habían quedado tejas en equilibrio inestable que movía el viento; faltaba el revoque exterior, el interior estaba deteriorado y el frente sin concluir. La comunidad de La Paz se había constituido en iglesia por separado al haber sido expulsados o excluidos en 1874.

LA COLONIA HACIA 1878

Paralelamente, la colonia suiza iniciaba un proceso expansivo con características similares al de la Colonia Valdense del Rosario Oriental. Las clases dirigentes nacionales comenzaron a seguir atentamente este crecimiento, convencidas que el establecimiento de colonias similares sería la solución para el despoblamiento rural y la forma de limitar los riesgos de levantamientos políticos con base en la campaña.Un claro síntoma de esta atención la da la permanente mención que se hace a la colonización valdense en diversas publicaciones de la época, que elevan esta experiencia como modelo para la transformación de las estructuras rurales uruguayas.

La Comisión Central de Agricultura, dentro de ese marco, recogerá asiduamente abundante información sobre estas colonias, y las hará visitar por personal especializado. Un relevamiento realizado y titulado “Las colonias suiza, piamontesa y canaria” refleja los siguientes datos:

POBLACIÓN: 350 familias suizas, 450 familias piamontesas valdenses y 300 canarias y de otras procedencias formando un total de 1.100 familias.

COMERCIO: en las tres colonias existen 35 almacenes generales, 2 molinos de agua, 2 de vapor, 2 de viento, 9 trilladoras a vapor, 17 herreros y carpinteros, 1 cervecería, 3 diligencias y 2 carros hacen con regularidad la carrera entre San José y estas colonias...unas 15 goletas y 1 vaporcito están empleados en la carrera entre Montevideo y el puerto del Rosario...el vaporcito hace el viaje cada diez días y emplea como 15 horas en el trayecto. A su vez un informe general de las colonias realizado por Fischer y Karlen y titulado: “Compendio de estadística de la colonia suiza de Nueva Helvecia y de las colonias valdense y española situadas en el Rincón del Rey dice: “ En el año 1862, el área de terreno destinado a colonización era de siete leguas cuadradas. Hoy en día, todas las catorce leguas cuadradas que componen el Rincón del Rey se hallan repartidas en chacras y labradas es sus tres cuartas partes...Hasta la fecha nuestros principales productos son el trigo y el maíz, y en el año pasado su exportación llegaba a las 85.000 fanegas(225 libras por fanega). El cultivo de la cebada y el centeno obtiene también muy buenos resultados.

INDICES ALENTADORES

Para tener una idea de la magnitud del cambio operado en la zona gracias al establecimiento de las colonias es de destacar que según el censo de 1852 en todo el departamento había 7.791 personas y en 1878 sólo en el Rincón del Rey la población alcanzaba las 5.000 personas. Por su parte mientras una estadística policial marcaba para 1857 una cosecha de 7.211 fanegas de trigo considerándola además excepcional, veinte años después la Comisión Central de Agricultura estimaba una producción de trigo y maíz de 85.000 fanegas.

INFORME DEL CÓNSUL ITALIANO GARROU

Este informe también de 1878 presenta un panorama de la colonia visto por un visitante. Previa traducción del italiano les ofrecemos lo más destacado del informe del cónsul italiano Ippolito Garrou.

Titulado La Colonia italiana di Rito Valdese del Rosario fue publicado por el diario de Roma “Le Giornale delle Colonie” el 25 de mayo de 1878. “La colonia compuesta completamente de italianos de las provincias subalpinas es casi en su totalidad del rito valdense, está establecida en un cuadrilátero de alrededor de 2 leguas cuadradas cuyos confines son la colonia Nueva Helvecia al norte, los ríos Rosario y Cufré al oeste y este y el Río de la Plata al sur. Cuenta con cerca de 2.000 personas, todas tienen la nacionalidad italiana y a pesar de conocer el idioma italiano hablan más un dialecto zonal que es un francés impuro(se refiere al patois piamontés) y tienen una tenaz observación de su religión. Pues se puede decir que esto último ha sido el sentimiento que dio origen a la colonia y fue ese vínculo religioso que a mediados del 1800 determinó a las familias valdenses ya establecidas en otro departamento de la república a aceptar una permuta de territorio que les permitió concentrarse en el actual lugar. Sucesivamente otras familias llegaron de Italia; y con esto, aumentó el núcleo primitivo y así se constituye la actual colonia. La cual primogénita no tomó los campos en los límites que estaban indicados, y ya estrecha comenzó a expandirse con nuevas familias en terrenos circundantes. Tal expansión, ya sensible, está todavía en vías de aumento, y teniendo en cuenta de la laboriosidad y de la persistente tenacidad en los trabajos agrícolas , que son cualidades muy características de los connacionales , es de presumir que dará en poco tiempo más trabajo a la población agrícola para que atiendan los desérticos campos de esta república.

No variará por esto más de lo que es hoy la Colonia Valdense, porqué el terreno que ocupa no es susceptible de acrecentar, y de acuerdo a las circunstancias no podrían conservar sus características esenciales, porque ya hay esparcidos agricultores de otros orígenes y otras nacionalidades.

Como que ya los colonos valdenses atienden a rescatar todo de la tierra y lo han conseguido casi todo aquellos que están establecidos en la colonia.

Cada uno habita un pedazo, que son separados, lo administran y cultivan con perfecta independencia de los otros, salvo para la recolección durante la cual los vecinos se ayudan recíprocamente. Los productos, que con leves excepciones, consisten en granos, son libremente vendidos por los productores en forma particular y se van transportados por el Río Rosario...En dos circunstancias, con el mismo intervalo, ha habido un poco de inquietud. Fue en tiempo de revoluciones que la motivaron algunas bandas revolucionarias que invadieron la colonia para apoderarse de los caballos. Mas gracias al concurso de los vecinos suizos con quienes están en perfecto acuerdo y mediante un convenido sistema de señales se hacen solidarios en el peligro. Los colonos mismos reprimiendo el agravio retomaron lo que les pertenecía...Cuando se considera que se trata de una experiencia de cerca de 20 años, que la población colonial italiana supera con creces los 2.000 individuos, se ponen en circulación valores que dan los productos que hemos indicado, nos ocurre pensar por haberlo constatado con palabras tanto la perfecta moralidad de los colonos, cuanto la perfecta seguridad en que viven, no obstante las fuertes prevenciones que generalmente se hacen contra las instituciones y el grado de civilidad de la población en el medio en el cuál vive...Para completar estos primeros datos diremos que, como primeros procedimientos hoy los colonos atienden a motivar la cultura y sacar el máximo provecho al terreno y consagrar su esfuerzo diario; también en el mejoramiento de las casas, que luego de las primeros abrigos y cuando puso hacerlo por economía mejorarlo prontamente. Ahora en el momento en que escribo, mucho más de la mitad de las habitaciones son ya de material sólido, más o menos cuidadosamente edificadas, algunas veces le proporcionan a las granjas, con molinos y maquinaria agrícola a vapor. Se distinguen ,entre otros, un Griot y un Bonjour, cada uno de los cuales habiendo llegado en estado humilde, disponen ahora de considerables capitales...

CARTA A UNA HERMANA

Esta misiva fechada el 15 de junio de 1879 es enviada por Timoteo Davyt a su hermana y dice: “Aprovecho la partida de la tía Madelaine que vuelve para Europa para darte noticias nuestras y para responder a tu querida carta que Daniel Jourdan nos trajo y que nos dio tanto placer; por la gracia de Dios estamos todos con buena salud, nuestros hijos que son cinco, cuatro varones y una hija, son todos robustos, realmente tenemos razones para dar continuamente gracias a Dios, este Dios tan bueno que nos colma de sus bienes temporales y espirituales si queremos aprovechar de ellos; acabamos de cosechar el maíz y hemos comenzado a sembrar el trigo; el tiempo está bien seco lo que facilita mucho la siembra, los precios del trigo y del maíz son más bien bajos. Queridos parientes, no les digo gran cosa en lo que concierne a la colonia porque espero que la tía que les dará la carta les hablará personalmente, y sobre todo si ustedes están abonados al Témoin verán el informe que el pastor Ugon enviará. Mis queridos, les envío una libra esterlina que la tía Madelaine les dará. Me darán el placer de no preocuparse por enviarme cosas porque esto se los doy, al mismo tiempo que les agradezco que se hayan preocupado por mandarme telas a través de Jourdan. Pienso que ustedes no ignoran que no tuvo un viaje feliz ya que tuvo que tirar muchas maletas al mar, y Jourdan perdió prácticamente todo y los encargues que le habían dado. Marianne , nuestra hermana, le da también cinco francos a la tía para que se los de, y me encarga de saludarlos con afecto de toda su familia; tiene 9 hijos, cuatro varones y cinco hijas. Jean Daniel les manda muchos saludos como toda su familia, que se compone de 7 niños, 2 varones y 5 hijas, y les da también una pieza de 10 francos en oro...

LA LLEGADA DE DANIEL ARMAND UGON

Nativo de Torre Pellice, casado 12 días antes de su partida con Alice Rivoir, Daniel Armand Ugon se embarca en Génova el 2 de noviembre de 1877 y llega a Montevideo el día 24; el 27 se aloja en la casa de Bartolomé Griot.

A la llegada del nuevo pastor ya la división de la colonia era un hecho: el Centro o Colonia Valdense por un lado y la Colonia Piamontesa La Paz por otro. La situación del país también era complicada, el militarismo de Latorre había iniciado cambios, que en algunos casos fueron positivos porque por ejemplo, centralizaron un país anárquico y algunos índices de progreso económico fueron evidenciados.

A su llegada Armand Ugon fue recibido con beneplácito. El 2 de diciembre el nuevo pastor era instalado por medio de una carta de la Mesa Valdense dirigida a la Comisión, por no ser posible en este caso, aplicar el reglamento de la iglesia que exigía la intervención de un delegado de la autoridad eclesiástica para presidir el acto. Hecho un trabajo preparatorio(registro de fieles, elección de pre- candidatos para el Consistorio) se convocó a una asamblea para el 22 de marzo de 1878.

Armand Ugon había delineado como estrategia no abandonar a los colonos ni tolerar que una sociedad o iglesia extranjera provea a las necesidades de los suyos, no inmiscuirse en los asuntos particulares de los colonos, olvidar el pasado y no inclinarse a favor de ningún partido. Decía al respecto: “Porque son la esperanza del futuro, la conciliación de los partidos para ocuparse de los enfermos, los desvalidos y los solitarios y en la preparación de jóvenes aventajados para nuestro colegio y nuestra Facultad de Teología, de manera que, en un número de años relativamente corto, los colonos puedan bastarse a sí mismos y tener uno o más pastores.”.

Su misión por cierto difícil tuvo como bases: consolidar la colonia, expandirla, acercamiento de los grupos enfrentados, desarrollo de la educación, contactarse con otras colectividades religiosas, intentar crear una barrera para enfrentar el hostil entorno, acercarse al gobierno para lograr facilidades y fundamentalmente nuclear la colectividad junto a la iglesia porque las iglesias de inmigración tenían un papel preponderante en el logro de la identidad y en el mantenimiento de su cultura transformándose en un centro que preserve al inmigrante del medio.

Volviendo a la asamblea participaron más de 100 electores. Se reorganizó la iglesia, los miembros de La Paz expulsados en 1874 fueron aceptados nuevamente. Las decisiones de la Asamblea fueron:

1º- La Asamblea general de las colonias decide reconstituirse en Iglesia. Las condiciones de ingreso son: a)- admitir las doctrinas evangélicas. b)- estar dispuesto a contribuir a las obras de la Iglesia, para el honorario del pastor y del director de canto y de las reparaciones de los locales. 2º- La Asamblea pide a la Venerable Mesa Valdense y al Sínodo de la Iglesia Evangélica Valdense de ser considerada como decimaséptima parroquia de esa iglesia, de la cual acepta los reglamentos, la liturgia y la confesión de fe. De esta manera comenzaron los cultos en La Paz , Centro y en otras zonas rurales, las escuelas dominicales con 170 niños, una sociedad para la instrucción de la niñez, el Consistorio con 9 ancianos y 10 diáconos, las clases de catecismo con la inscripción de 100 jóvenes.

Los registros de la iglesia marcaban 550 miembros y 150 electores en una población de 1350 personas. La contribución se fijó en 2 pesos para el pastor y 0,50 para honorarios del maestro de canto cargo que ocupó Santiago Gaydou.

TRES CUESTIONES RESUELTAS

Había temas que marcaban una solución, estos eran:

1º- MATRIMONIOS: Desde el 19 de abril de 1869 los matrimonios debían celebrarse ante el Juez. Por descuido muchos no habían realizado sus matrimonios como establece la ley, de manera que eran considerados ilegales. Era urgente arreglar esta situación de manera definitiva. En la asamblea del 17 de febrero de 1878 los colonos resolvieron someterse a las prescripciones del Código Civil y legalizar sus matrimonios mediante el pago de 2 pesos y el papel sellado correspondiente.

2º- DEUDAS: En cuanto a la delicada cuestión de las deudas y a pesar de que la iglesia reconstituida no las poseía, se consideró moralmente correcto abonar las que existían de comisiones ya disueltas. Se resolvió que cada partido, los de “abajo”(La Paz) y los de “arriba”(Centro) pagarían sus propias deudas. Al efecto se levantó una suscripción en la que sólo se recolectaron 170 pesos ya que los colonos estaban remisos en colaborar porque decían que el nuevo pastor había llegado de Italia con los bolsillos llenos. En una segunda instancia el monto recolectado llegó a 479 pesos. Se les pagó a los acreedores proporcionalmente a las sumas adeudadas por no poder cubrirse el total. Además no todos los suscriptores pagaron de acuerdo a lo acordado.

3º- CEMENTERIO: Desde la fundación de la colonia, la Sociedad había regalado tres cuadras de terreno a los colonos para cementerio. En 1862 fue cercado con una pared con una extensión de 25 varas de frente. En 1868 la Sociedad liquidó sus bienes que fueron adquiridos por Ruperto De las Carreras. Al fallecer éste, la sucesión se rehusó a entregar los títulos al Consistorio por querer administrarlo a medias con la Iglesia. El Consistorio-que hacia 20 años que lo administraba- rechazó la propuesta indicando que la iglesia había recibido los terrenos antes de que la Sociedad vendiera a De las Carreras y que además prefería adquirir otro predio antes que compartirlo.

PENZOTTI EN LA PAZ A fines de 1879 un evangelista metodista Francisco Penzotti se estableció en La Paz pedido por gente del pueblo al superintendente metodista doctor Tomás Wood. La gente de Centro se mostró desconforme con esta actitud y después de varias reuniones y cambios de opinión resolvió que la misión metodista establecería un predicador para trabajar en el departamento, que dictaría las clases de la escuela dominical de La Paz y de Cosmopolita(dónde se acababan de establecer colonos valdenses) , que se limitara a propagar la fe sin inmiscuirse en problemas de organización de la iglesia , que sería sostenido por los fieles sin el apoyo de la iglesia. Penzotti se estableció en La Paz con su esposa y sus cinco hijos el 3 de abril de 1880 iniciando enseguida una obra evangelizadora con espíritu humilde. Al ausentarse Wood hacia Estados Unidos la obra metodista pasó a órbita de la Iglesia Evangélica Valdense. De profesión carpintero, junto a su prédica evangélica también obsequiaba muebles hechos por él a los vecinos más carenciados. El canto fue su gran pasión en el que alternaba junto con la sierra y la garlopa.

A su vez la llegada de un col portor metodista a pedido de Daniel Armand Ugon hizo que este señor Correa entrara en polémicas con el cura de Rosario David Buletti y en las que luego el propio Ugon se viera involucrado. No pasó más allá de una serie de conferencias sobre protestantismo pero llamaron la atención porque la relación con la gente de Rosario fue siempre excelente. DIFICULTADES POLÍTICAS

Los años del militarismo, la posterior salida democrática y las constantes luchas de caudillos blancos y colorados hacía que por más que los valdenses se quisieran mantener neutrales, esto se tornaba muy dificultoso. Así lo dice Daniel Armand Ugon por ejemplo al período que va desde 1886 a 1894: “Las cosas van de mal en peor en todos los aspectos de la vida. El Banco de la Nación está en franca bancarrota. El Gobierno nacional no ha podido pagar los intereses de la deuda pública, y no paga a sus empleados. Están en bancarrota igualmente muchas casas de comercio que se mantienen aún abiertas porque así conviene a sus acreedores...A esto hay que agregar la mortandad de animales debido a una sequía prolongada durante dos años consecutivos, los graves perjuicios de la isoca y la langosta...

A su vez el apoyo al gobierno era tácito. Dice Ugon : “Los valdenses respetan la ley, y mientras es ley, la obedecen así como se someten a todas las autoridades constituidas por las cuales oramos todos los domingos...elogiamos el esfuerzo hecho por el gobierno de V.E. para restablecer el orden y la paz...

Sin embargo este apoyo no impidió que los valdenses hicieran permanente hincapié en mantenerse al margen como lo manifiesta al presidente Santos en carta del 30 de abril de 1883 cuando dice “...prohibir terminantemente a cualquier persona de arrebatar de sus hogares a los jóvenes trabajadores nacidos en este país y en edad de llevar armas a no ser que se trate de repeler una invasión extranjera...en este caso los jóvenes de la colonia formarán compañías separadas bajo el mando directo de jefes de línea..”.

Las revoluciones de 1897 y 1904 no respetaron estos acuerdos y al respecto el 29 de abril de 1897 escribe: “Aquí todo se derrumba¡. En nuestra colonia faltan más de cien hombres, la mayoría enrolados y otros ausentes u ocultos. De estos últimos caen todas las semanas algunos porque se ha organizado una caza del hombre. Los alumnos mayores que asisten a las escuelas dominicales ya no se atreven a salir, menos aún los catecúmenos y los pocos miembros restantes de la sociedad de jóvenes. Los que asisten al culto del domingo viven en constante inquietud, por el temor de que les saquen los caballos en que vinieron. Se pierden miles de pesos porque no se realizan los trabajos agrícolas urgentes . Estas pérdidas, unidas a los grandes perjuicios de la langosta, arruinan materialmente a muchos.”

EL INFORME DE PACHECO

En su informe “ Consideraciones sobre inmigración y colonización” Álvaro Pacheco dice que la población de la colonia era en el año 1885 de 1681 habitantes, de los cuales 1051 eran nacionales y 630 extranjeros. En el año 1884 se cultivaron en la colonia 8188 cuadras, de las cuales 5898 fueron de trigo, 2395 de maíz y 495 de otras plantas. La producción media de trigo se puede calcular en 5 fanegas por cuadra...La colonia posee 239 rastras, 400 arados, 246 carros y carretas, 47 segadoras, 40 atadoras y 9 trilladoras...Tienen 3491 cabezas de ganado vacuno, 859 caballos, 1215 cerdos y 25.900 aves de corral. Los siguientes datos dan una idea de la riqueza y prosperidad de la colonia: Tierras 476.295 pesos; Maíz 23.750; Trigo 77.525; otras plantas 9.900; animales 55.517; edificios 108.480 y máquinas 71.860 pesos...Hay dos molinos a vapor, de elaboración de harina para el consumo local, produciendo diariamente 300 arrobas, que se consumen las colonias valdense y del Rosario; otro molino a vapor y agua trabaja 700 arrobas diarias que se exportan al litoral y otros parajes; una talabartería, tres zapaterías, cuatro carpinterías, una fábrica de máquinas atadoras según un sistema inventado por un colono; las casas de comercio bien surtidas, además de artículos generales, surten de buena ropa hecha y de máquinas agrícolas. Hay 8 escuelas a las que asisten 313 niños...

NUEVAS COLONIAS

El contacto del pastor con el presidente de la república General Máximo Santos fue muy provechoso y más aún luego de su visita a la colonia efectuada a fines de abril de 1883. Poco tiempo después envía al pastor un telegrama que dice que el gobierno a resuelto poner a disposición de los colonos 1200 cuadras que compró en Cosmopolita. La venta debía repartirse así:

500 pesos a la comisión del puente de La Paz 500 pesos para instrumentos de una banda de música 500 pesos para una biblioteca en Colonia Valdense 30% al Consistorio de Colonia Cosmopolita 30% a la Municipalidad de La Paz para construir sus oficinas 40% al Consistorio de Colonia Valdense

LAS PLAGAS DE 1879

Fue uno de los años más críticos de la colonia porque se sumaron tres acontecimientos de significación como fueron: la plaga de la langosta con una devastación hasta ese momento nunca vista, una terrible sequía y la revolución contra el presidente Idiarte Borda en que desde marzo a septiembre el país estuvo convulsionado por este acontecimiento. Hasta los padres de familia tuvieron que servir, a pesar de las leyes que los exoneraban, del servicio militar. Unos 80 hombres se escondieron, otros huyeron al extranjero. Los soldados eran abandonados en los campos desprovistos de alimentos, ropa o remedios.

Cinco soldados valdenses cayeron gravemente enfermos; tres se salvaron, dos murieron, uno en el campamento y otro de regreso a su casa. Las mujeres y niños trabajan hasta de noche al claro de la luna para hacer las sementeras.

Mariela PÉREZ INGOLD PRAVDA.Ru URUGUAI

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