Carlos Gardel

El año 1934 tuvo algunos otros hechos destacables, en la historia gardeliana, aparte de los que comentamos en la nota anterior. En el mes de agosto Gardel canta, desde la N.B.C. de N. York, emitiendo el programa, directamente, la Radio Splendid de Buenos Aires y otras estaciones latinoamericanas; también se trasmitió en Canadá. El 25 de agosto se embarca rumbo a Francia en un viaje del cual no se conocen mayores detalles ya que no fue una gira artística. Visita Niza y Toulouse. Regresa a Nueva York el 15 de octubre y se reintegra de inmediato al intenso trabajo que allí realizaba.

Promediando diciembre se filman, con su participación, las escenas que contienen el tango “Amargura” y la canción criolla “Apure delantero buey” y que se incluirán en la película “Cazadores de estrellas” que ya mencionamos.

En enero de 1935 el astro filma “El día que me quieras” que, según sus propias palabras, es “...la película que quiero de todo corazón y que dedico a los amigos de España y de la América Latina.” El papel protagónico femenino está a cargo de Rosita Moreno, que encarna dos personajes, Margarita (la madre) y Marga (la hija). Se integra aquí un joven actor que, con el paso de los años, se convertiría en un personaje legendario del cine argentino y en un reconocido bailarín de tango: Tito Lusiardo. La producción está dirigida por John Reinhardt, la dirección musical es de Terig Tucci y la autoría de los temas corresponde a Gardel – Le Pera. El argumento también es de Alfredo Le Pera. Los títulos que interpreta el cantante son: “Suerte negra” (inédito), “Sol tropical” (rumba que cuenta con la participación autoral de Terig Tucci), “El día que me quieras”, “Sus ojos se cerraron”, “Guitarra mía” y “Volver”. Una curiosidad de esta película es que al comienzo de la historia aparece, brevemente, un “canillita”, un niño vendedor de diarios, pequeño papel que desempeña Astor Piazzolla. La familia Piazzolla mantuvo una estrecha vinculación con Gardel durante su estadía en Nueva York.

En febrero realiza Gardel la filmación de su última película, “Tango Bar”. En mi opinión es esta la mejor de todas las que componen su filmografía, la más lograda. En ella se ve la madurez a la que había llegado en el trabajo actoral. En este terreno se había ido superando notoriamente a fuerza de intuición y de excepcionales condiciones naturales. Sin formación en el trabajo escénico contaba sí con el magnetismo personal que irradiaba y con la convicción que ponía en toda su obra de tal modo que podía conmover al público en el drama o en la alegría siendo un “actor” que se hizo a sí mismo, que no tuvo otra “escuela” que su propia experiencia, que no tuvo otro estímulo para crecer que el permanente desafío de impresionar profunda y verdaderamente la sensibilidad de la gente. En este film lo acompaña alguien que lo ayuda mucho en este aspecto, Enrique De Rosas, un actor avanzado, de criterios artísticos tan modernos que aún hoy nos sorprende cuando lo vemos en estos trabajos. Siempre dijo Gardel que necesitaba a su lado grandes actores, que lo hicieran crecer y, lamentablemente solo en esta película contó con un artista de la dimensión de Enrique De Rosas. Los resultados están a la vista. En el resto de la ficha técnica se repiten los integrantes de “El día que me quieras”. También lo acompañan Rosita Moreno y Tito Lusiardo. Los temas interpretados por el cantor son “Por una cabeza”, “Los ojos de mi moza”, “Lejana tierra mía” y “Arrabal amargo”. En un pasaje Gardel vuelve a bailar un fragmento de su tango “Viejos tiempos”, como lo había hecho en “Cuesta abajo”; esta vez con Rosita Moreno, y en una escena que transcurre en el hipódromo aparecen algunos de sus guitarristas (se ve claramente a Aguilar) que hacen de apostadores detrás suyo en la ventanilla de “Sarampión”. El cantor trataba frecuentemente de conseguirle estos “bolos” a sus amigos y colaboradores; significaban también algún dinerito extra y más aún si la breve aparición era con algún parlamento. Hay varios ejemplos.

Promediando marzo se emite otra audición radial desde Nueva York enlazada con Radio Belgrano de Buenos Aires y con el auspicio de la revista “La canción moderna”. Esta publicación se transformaría, después, en la famosa “Radiolandia”.

En relación a sus guitarristas, Barbieri, Aguilar y Riverol, digamos que habían llegado a N. York a fines de enero y habían sido involuntarios protagonistas de un hecho insólito. Fueron detenidos por la policía pensando que iban a trabajar sin tener el permiso que los habilitara. Eran muy severas las leyes de protección al trabajo de los ciudadanos del país. El asunto se solucionó cuando Gardel aclaró que venían para integrarse a la gira que se proyectaba por países latinoamericanos.

En los días 19 y 20 de marzo realiza el cantor las grabaciones de los temas de las últimas películas en los estudios de la empresa Víctor. Lo acompaña la orquesta dirigida por Terig Tucci salvo en el último título, el estilo “Guitarra mía” que es registrado con acompañamiento de guitarras.

El 25 de marzo graba un saludo, en el que también interviene Le Pera, que se proyectaba usar como promoción y que pasaría luego a tener la enorme carga emocional de ser las últimas palabras grabadas por el divo.

A fines de marzo se inicia la gira que en los planes comprendía Puerto Rico, Venezuela, Colombia, Panamá, Cuba y México. Este es en sí mismo un tema muy amplio; solo mencionaremos algunos de los puntos fundamentales. Realiza actuaciones y es agasajado en San Juan de Puerto Rico y en localidades del interior de la isla. A fines de abril llega a Venezuela y actúa en Caracas y también en localidades del interior del país. Sobre fines de mayo llega a Curazao para cumplir con algunas actuaciones. Desde esta isla se traslada a la de Aruba realizando así su primer viaje en avión. El 4 de junio arriba a Colombia y se presenta en varias ciudades del país. El domingo 23 de junio, por la tarde, actúa en el teatro Real de Bogotá. Luego, a las 21 y 15 horas, se cumple lo que será la última actuación de la vida del cantor. Se efectúa en la emisora ”La voz de la Víctor” cuyos estudios se encuentran frente a la plaza Bolívar en la que se ha colocado una red de altavoces para que el público, que desborda el auditorio, pueda seguir la trasmisión. Luego del programa establecido y de un improvisado discurso de saludo al pueblo colombiano, el artista interpreta el tango “Tomo y obligo”, constituyéndose así en el último tema cantado por Gardel.

El lunes 24 de junio parte rumbo a Cali. El viaje implica una escala técnica en Medellín. Al partir de allí, minutos después de las tres de la tarde, el avión de la SACO (Sociedad Aérea Colombiana), en el que viajaba el cantor y su comitiva, no llega a levantar vuelo, choca contra el Manizales, avión de la compañía alemana SCADTA, que se preparaba para salir. El brutal impacto de los dos aparatos cargados de combustible genera una gigantesca hoguera en la que muere Gardel y la mayoría de los tripulantes y pasajeros de ambos aviones. Solo hubo tres sobrevivientes.

Al paso de los años el mayor ídolo popular del Río de la Plata mantiene su victoria sobre la muerte y continúa conquistando nuevas generaciones y demostrando la veracidad de la expresión que el pueblo acuñó: LA VOZ QUE VENCIÓ AL OLVIDO.

Hugo Indart Uruguay

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