Carta de Olivério Medina

Caras amigas y caros amigos:

Reciban mi fraterno, cordial e bolivariano saludo.

Quiero en estas letras manifestarles mis agradecimientos por su solidaridad internacionalista manifestada a través de mensajes, pronunciamientos, cartas y documentos.

Con estos gestos admirables, todas y todos ustedes demuestran y confirman la validez de la lucha por la Paz con justicia social, tanto para Colombia como para todos los países de Nuestra Grande Patria América. Sabemos que por toda su geografía soplan vientos que agitan las banderas de la dignidad, de la independencia, la soberanía política, económica y administrativa y, especialmente, del proceso de integración.

En la mayoría de nuestros países se está presentando una etapa generosa en luchas de resistencia, inspiradas en el legado de los líderes más destacadas de nuestra historia. Son luchas multiformes, con las mismas raíces, los mismos ideales y, también, contra un mismo enemigo, identificado por el libertador Simón Bolívar de la siguiente manera: “Los Estados Unidos parecen destinados por la Providencia para plagar la América de miserias en nombre de la libertad”.

Sabemos que el Imperio de los Estados Unidos de Norte América despliega sus halcones por el continente intentando, en vano, consolidar su ingerencia en todos los asuntos internos de nuestros países.

En Colombia tiene al narco-paramilitar Uribe Vélez como “su empleado de confianza” para sus planes de dominación. El dirigente liberal Jorge Elieser Gaitán, asesinado por la CIA en 1948, afirmó: “La oligarquía colombiana está de rodillas ante el Imperio y tiene la metralla puesta contra el Pueblo”. Desde hace más de medio siglo ésta ha sido la forma de gobernar en nuestro país, apoyada por ese imperio.

De ahí que el Terrorismo de Estado, hoy llamado “Democracia Profunda”, “Seguridad Democrática”, haya adquirido la forma de “concepción de Estado”. Por eso el día a día de Colombia pasa por la persecución, la tortura, el asesinato, la extradición de ciudadanos a Estados Unidos, el magnicidio y genocidio político, el desplazamiento de más de tres millones de campesinos y la cárcel para más de 6.000 presos políticos, el crecimiento de la miseria y la pobreza generado por la concentración de la riqueza y la renta de las más escandalosas de América Latina y el mundo. Con esta forma de gobernar, los sucesivos gobiernos han pretendido impedir el surgimiento de una nueva realidad política en Colombia. Todas las formas de lucha popular han recibido la misma respuesta gubernamental: Guerra contra el Pueblo. Guerra que siempre ha dejado como primera víctima la verdad y sobre su sepultura han instalado las antenas e las imprentas de los grandes medios para difundir permanentemente mentiras, medias verdades, ataques y represalias con fines espurios, carentes, por tanto, de toda honestidad.

Les cuento que dos días antes de ser publicado un extenso artículo, en el mes de marzo de este año, en una Revista, de cuyo nombre no quiero acordarme, llamé al autor de dicho artículo para decirle: “Uested. me está colocando en lazo en el cuello. Con seguridad que seré preso, extraditado a Colombia y después a los Estados Unidos”. Pues ya saben, hoy estoy preso y con pedido en extradición. Le agregué: “si eso ocurre, sé que contaré con la solidaridad del pueblo brasileño, en primer lugar, de los demás pueblos de América Latina y de otros pueblos del mundo”.

Mis actividades por la Paz con justicia social para Colombia y mis esfuerzos por buscar el apoyo de la Comunidad Internacional para que esa realidad surja en mi país de manera pujante, estable y duradera han sido y serán en mi vida la bandera más importante, hasta el fin de mis días.

Siento que está preso sólo mi cuerpo, pues mis ideas y mi lucha por la Paz con justicia social, vuelan raudas en las alas de la solidaridad revolucionaria y anti-imperialista de tantas amigas y tantos amigos, de los cuales ustedes forman un gran contingente.

Sigamos firmes y confiados en que ganaremos esta batalla, pues como nos dice El Libertador Simón Bolívar “Unidos seremos invencibles”.

Mil gracias amigas e amigos de Argentina, Australia, Colombia, Ecuador, Dinamarca, Francia, España, Italia, Estados Unidos, Hong Kong, Portugal, Suecia, Suiza, Venezuela, Uruguay, especialmente del Brasil, mi Segunda Patria, y de otras partes del mundo.

Fuerte abrazo bolivariano.

Pe. Oliverio Medina

Octubre 7 de 2005. Brasília – Brasil. América Latina.

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